René Delios
Tenemos presidenta avalada jurídicamente por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que de pasó desechó todas las impugnaciones en su contra, incluyendo la de la señora Xóchitl Gálvez, llena de dolo, que dudo que sea una demócrata y envié como debe ser, una felicitación a la adversaria triunfal a la que llamó –con alta dosis de inquina- narco candidata, quien ya sin voltearla a ver recibirá hoy en el INE, su carta de mayoría que la convierte para sello histórico, en la primera presidenta de México, de la que con ¿ira, envidia, frustración? la oposición extendió en redes que celebrará ahora sin pueblo, pero sí con invitados especiales en ese escenario dramaturgo.
Eso es protocolo, pero bueno: les arde.
¿Se van a pasar otro sexenio en guerra sucia? Porqué quedó claro que esa intensidad de agresión no les rindió frutos aun la inversión y el apoyo de tantos “líderes de opinión” y medios tradicionales.
Ya tenía su tiempo que ha quedado comprobado que los baños de pueblo no dan votos y que en aras del culto a la imagen, se magnifica la personalidad de aspirantes en este país demagogo hasta en sus mejores momentos; tampoco los llamados like en el Facebook dan el triunfo, pues la banda aprendió a diferencias entre lo gracioso, ocurrente y verdadero, y lo que pareció viral, solo lo fue para los seguidores de la oposición, porque para la mayoría del pueblo de México, ni en cuenta, porque el que miente una vez lo hará siempre, y eso es lo que hicieron esas oligarquías en los gobiernos pasados, y lo siguieron haciendo a través de granjas virtuales, medios de información tradicionales en contra de AMLO, la 4T, Morena y obvio de su candidata, y aun con todo ese octanaje, la mayoría de los mexicanos les dejaron nuevamente en claro que no tiene su credibilidad.
Hoy que se habla de que se respeta la democracia desde la llamada cuarta transformación, está claro que en más estados de la República de los esperados, se dieron adelantamientos de parte de miles de aspirantes, hubo exceso de gastos en publicidad desde las consultas mismas, y lo vimos por miles de pintas y gallardetes en bardas y enrejados de casas particulares.
Por ahí todavía algo cojea y permite que el dinero negro fluya en las campañas y al final confluya con los gobiernos, y de pronto estallen situaciones como la del sospechoso gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, esto porque en solo dos páginas Ismael “El Mayo” Zambada García, lo hice tambalear, al dar a conocer el cómo de su captura en Estados Unidos y, de paso, sacudiera el tablero político de Sinaloa, pero a la vez, dejara el beneficio de la duda entre la opinión pública, de que estos señores del nuevo esquema político, también pueden ser susceptibles a negociar con el crimen organizado, y eso no debe tener contento al mandatario.
Pero no sería el primer caso.
Ya antes fue Jesús Reina, ex gobernador interino de Michoacán, y recién, Francisco Javier Cabeza de Vaca, ex gobernador de Tamaulipas, pero ninguno de Morena como ahora.
O sea que tenemos el que, en esto de las “seducciones” de lo ilícito a los políticos, tenemos priistas, panistas, morenistas, hasta que se demuestre lo contrario, al menos ante la opinión pública, tan dada a consumir información sin verificar, queda la duda.
Y es que así es el morbo, el creer la versión de otro, como hace meses cuando desde el extranjero extendieron la versión de que AMLO tenía relación con el que ahora esta preso en EU -y no, ni lo menciona en su carta-, pues supuestamente lo financió en 2012, y de ahí se agarró la oposición para decir de Morena que era un narco partido y Xóchitl Gálvez sin prueba alguna, llamó a su adversaria una narco candidata, y es la fecha –se insiste- que la resentida señora no se disculpa y ni la sancionan desde el TEPJF, a no ser de descalificar su impugnación por insustentable, o sea que –al fin parte de la oposición-, la hidalguense queda como mentirosa.
Por su parte la presidenta se comporta como tal y más ahora que hoy le dan su acta de mayoría, y habrá que ver cómo se da su debut como mandataria el primero de octubre, pues habrá que recordar que el de López Obrador fue espectacular, cancelando la construcción del aeropuerto de Texcoco, demostrando de entrada quien manda y así debe hacer algo parecido la doctora, para que a las oligarquías les quede en claro que ni es miedosa ante –y ni pelele de- nadie, y sí la digna depositaria de la confianza y de los intereses de los mexicanos.