Agencias
Tras seis años de un arduo aprendizaje y trabajo de rehabilitación, llegó el gran día para Catazajá, Ha’al, Pacho y Tami.
Un sueño de libertad largamente anhelado para estos corpulentos seres de agua dulce que se convirtió en realidad, explicó Josefa González-Blanco, directora general del Ecoparque Aluxes.
Los manatíes antillanos o del Caribe (Trichechus manatus), volvieron a su hábitat natural gracias a la colaboración de reconocidos expertos de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm), como Roberto Sánchez Okrucky.
Son animales sumamente sanos, inmediatamente se ve la fuerza que tienen y lo alerta que se encuentran”, explicó el médico veterinario con más de 40 años de experiencia.
Catazajá, una hembra de 875 kilogramos, Pacho, macho de 300 kilos y Tami, hembra de 280 kilogramos, fueron rescatados en canales de Chiapas, con bajo peso y malas condiciones de salud.
Mientras que Ha’al es un valiente sobreviviente de la emergencia por la mortandad masiva de manatíes en el verano de 2018 en la zona de Los Bitzales y Pantanos de Centla, en Tabasco, cuando perdieron la vida más de 100 ejemplares debido a la contaminación de hidrocarburos y florecimiento de algas tóxicas por la sequía, explicó Ernesto Zazueta, presidente de la Azcarm.
Era un bebé en aquel entonces cuando logramos rescatarlo; la madre murió y Ha’al quedó a la deriva. Hoy con 307 kilogramos de peso y en inmejorables facultades pudo regresar a la libertad”, detalló el también director general del Santuario Ostok.
LARGO DÍA
Desde las primeras horas de la mañana comenzó una labor titánica. Primero sacar manatí por manatí del estanque de Aluxes, con la ayuda de una red y mucho sudor y esfuerzo de los especialistas en manejo de vida silvestre de Bioparc el Encanto, el médico veterinario Edmundo Parada y @Damianimals, así como voluntarios de las comunidades locales.
El objetivo era colocar a los ejemplares sobre colchonetas, para después pasarlos a la camilla y transportarlos en el montacargas.
Posteriormente subirlos a los remolques jalados por camionetas para llevarlos al Sistema Lagunar de Catazajá, al noreste de Chiapas, una zona sujeta a conservación ecológica.
El encuentro de muchas almas en pro de una especie catalogada como En Peligro de Extinción, de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana, principalmente por el deterioro de su hábitat debido a las actividades humanas.
Sabemos que está en el libro rojo de especies amenazadas, porque es bastante vulnerable a las modificaciones de temperatura por el cambio climático y la contaminación de los ecosistemas”, indicó Roberto Sánchez Okrucky.
EL ADIÓS
La despedida para Josefa González-Blanco fue especialmente difícil en el caso de Ha’al, un manatí que requirió de muchos cuidados y desvelos durante sus primeros años en el Ecoparque Aluxes, porque había que estar pendientes de su alimentación con fórmula láctea en un biberón, prácticamente todo el día.
En general les decía a los cuatro que iban a estar bien y muy contentos, que los iba a extrañar y que los amo mucho”, comentó muy emocionada.
Antes de la liberación, se colocaron equipos de telemetría a los cuatro manatíes, donados por el Zoológico de Guadalajara, que consisten en un cinturón, sujeto en la base de la cola de los ejemplares, una varilla de un metro de largo, flexible y que se puede romper fácilmente, en caso de atorarse, y de donde se sostiene una boya con la antena que emite la señal de localización.
El biólogo Ricardo Dávalos dio a conocer que la idea es poder dar seguimiento a los manatíes, a través de una aplicación en el teléfono celular, conocer sus costumbres y obtener información valiosa para aprender más sobre la especie, así como intervenir en caso de ser necesario.
Cuando nosotros nos demos cuenta que la señal se está emitiendo en un sitio fijo, donde quizá el animal pudo haber quedado varado, pueden ir especialistas a ubicarlo, y hacer el traslado a un mejor sitio”, comentó.
DE VUELTA A LA LIBERTAD
La directora general del Ecoparque Aluxes, señaló que el Sistema Lagunar de Catazajá, es un lugar formidable para Catazajá, Ha’al, Pacho y Tami, “porque aquí es donde se realizan más avistamientos de manatíes, incluso en la zona hay uno blanco, albino, que es enorme e impresionante, y justo aquí la especie viene a aparearse”.
En temporada de lluvias, la laguna se alimenta de las crecidas del río Usumacinta, que conecta con la Laguna Grande de Catazajá, a través del río Chico.
Cada uno de los regordetes ejemplares que se fue nadando dejando grandes estelas en el agua, recibió un fuerte aplauso y buenos deseos de las decenas de especialistas y voluntarios de la región, que se dieron cita para presenciar este día histórico para la conservación del manatí en el sureste del país. ¡Larga vida para Catazajá, Ha’al, Pacho y Tami!
