Las crónicas de un continuo despertar

14/agosto/2024

Arit León Rodríguez

 

Leía acerca de los casos en las mujeres desaparecen de sus hogares sin razón aparente ó conocida -especialmente cuando son jóvenes- la crítica social se vuelven viral y violenta sin considerar los aspectos que generó el hecho de que esta persona desapareciera de su núcleo familiar.

 

Pero es difícil imaginar que una persona que vive en un hogar tranquilo con comodidades y hasta privilegios en algunas ocasiones, elija escapar del mismo sin tener una razón que vaya más allá del capricho, el egoísmo o inexperiencia juvenil.

 

Considero que un tema muy importante en el manejo de personas jóvenes que son recuperadas tras ausentarse de su hogar familiar, es analizar las razones principales por las cuales esta persona escapó y determinar si en efecto retornarla a su casa es seguro, y además tratar el tema con suma discreción.

 

Lamentablemente esto no sucede con frecuencia y hemos sido testigos de la exposición indirecta de las mujeres jóvenes o menores de edad que son fotografiadas y expuestas ante el público como si fuesen un cachorro perdido que ha retornado a su hogar, situación que lamentablemente observamos hace unas semanas cuando una mujer se ausentó de su hogar con su menor hijo, y días después fue fotografiada con algún agente de la fiscalía mencionando que había sido hallada, aún cuando ella en el uso de su plena voluntad como mayor de edad había decidido alejarse de un hogar que consideraba violento e inseguro.

 

Por lo visto la falta de capacitación y entendimiento acerca de la revictimización de las mujeres y personas en estados de posible vulnerabilidad y riesgo no están siendo aprovechados como es debido, necesario analizar si los protocolos que se manejan cuando ellas son recuperadas consideren si el hogar nuclear es el verdadero peligro.

 

Algo similar y visiblemente peor es cuando una mujer decide terminar un embarazo.

 

Prefieren ver a los niños padeciendo ansiedades y carencias en la calle a que una mujer decida no tenerlos, somos una sociedad que está llena de prejuicios y decisiones que se imponen a las otras sin importar sus condiciones y situaciones específicas de necesidad.

 

Todo esto viene a raíz de que leí acerca de una mujer que después de haber sido golpeada brutalmente por su pareja una noche antes, presentó un aborto donde hubo claramente violencia ejercida contra su cuerpo.

 

El resultado fue de que las autoridades iniciaron un procedimiento en su contra y el día de hoy se encuentra recluida en Veracruz bajo los alegatos de ser una homicida en grado de parentesco.

 

Obviamente la persona que la agredió, golpeó e hizo abortar, no piso un solo día la cárcel.