Ahora dicen que México sigue exportando a EU y Canadá solo verduras, en referencia a que no existe una industria de transformación de punta, tecnológicamente competitiva con “nuestros” socios.
Y es que se trata de sobajar, menospreciar, minimizar todo buen logro.
¿Porqué?
Obvio que es un tema que se tiene que profundizar, pues de que es cierto que las comercializadoras son las que se llevan las mayores ganancias, y no los campesinos, no hay duda.
Por ese tema no prosperó pues pasa a ser asunto de la iniciativa privada, no del gobierno, que en su caso debería ver que la cosa sea pareja entre productores y comercializadoras, que en otros lados les llaman “coyotes” a secas.
Parece inminente que se avecina la llegada de empresas de distintas partes del mundo, sobre todo manufactureras y de transformación de alimentos, y es aquí el sustento: ¿Serán los productores o las comercializadoras las que hagan el trato?
El campo sigue siendo un tema pendiente, no solo por la mano de obra barata, sino por la materia prima existente y desde luego, la pertenencia al mercado más grande del mundo como socio activo del T-MEC, en el que México destaca por la riqueza de su campo y que fue el motivo por el cual lo incluyeron en el tratado de América del norte, y es lo mismo por lo cual nuestro país remonta a otras naciones en la llamada “relocalización industrial”, que es a escala mundial para los próximos años.
Pero sí, el campo mexicano es una asignatura pendiente.
Su tecnificación debe iniciar, pues hay los que aun cultivan en modo rudimentario, y aunque no se crea usan la yunta en vez del tractor, la cosecha es a mano, y con recolector, pues es tecnología que existe, pero que no se adquiere porque no hay el recurso, y menos para nuestros desorganizados cuando no divididos ejidatarios.