El último de los grandes proyectos del sexenio se concluyó también en tiempo y forma, antes de que termine el sexenio, y fue inaugurada este sábado por los presidentes constitucional y electa de México: la Refinería Olmeca, en la comunidad de Dos Bocas, en el estado natal del mandatario, y que como dijo, es una suerte de buque insignia en sus esfuerzos por recuperar el sector energético, que resultó muy golpeado y hasta empeñado en las tres décadas del neoliberalismo.
La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, elogió la política energética de esta administración, y desde luego criticó a los que decían que no se podía construir una refinería y hoy inició operaciones la mejor obra de ingeniería civil, petroquímica petrolera que hay en Latino América, con lo más moderno de su tipo para la producción de combustibles.
Sin embargo, aun con esta refinería y la Deer Park en estados Unidos, aún falta para consolidar la autosuficiencia energética, pues falta eliminar el 2 por ciento de importación de gasolinas que dejará el actual gobierno.
En un comunicado, Petróleos Mexicanos informó que espera que al cierre de 2024, las seis refinerías del Sistema Nacional de Refinación procesarán junto con la Olmeca y Deer Park en EU, un promedio de 1.4 millones de barriles. La escena es muy distinta al inicio del sexenio, pues se espera que al cierre de esta administración el proceso de crudo se ubicará en 1.7 millones de barriles diarios, esto es 233 por ciento superior al observado en diciembre de 2018.
En números, la escala es diametral a el cómo recibió el sector energético Andrés Manuel López Obrador, con funcionarios corruptos, sindicato corrupto, contratos leoninos, afectación a las finanzas, un verdadero chiquero petrolero que en números, se ha revertido.
Como mexicanos hay que celebrarlo.