Editorial

2/agosto/2024

 

Igual no les gusta a muchos, en especial a los que son contra por la contra, pero eso de que se esté recuperando el índice de generación de empleos, de que se rompa record el envío de remesas, en que se incrementen las reservas internacionales, crezca la inversión extranjera, se incremente el turismo internacional como nunca antes al calcular 35 millones de turistas éste año, integrado que –para los que dicen que Pemex se vendió al extranjero- la salud financiera de México es impecable, lo que no se registraba desde hace años.

 

Obvio es que no faltaron los que señalaron que eso demuestra que la Reforma Energética ha resultado positiva para el país -pero la de Peña-, cuando desde luego comprende muchos factores del exterior.

 

Tenemos claro que el rumbo que está tomando Pemex –que por primera vez tiene ganancias en 2023 desde 2014-, con base en su Plan de Negocios es por la apertura peñista aprobada por el Congreso; eso le ha dado viabilidad a la petrolera para afrontar exitosamente los nuevos retos de la industria petrolera nacional e internacional, pero había que establecer un control, pues parecía saqueo.

 

Pero ya la sabe: los ajustes de AMLO fueron malos, y lo que se ve al cierre del sexenio es lo contrario.

 

Un estudio serio señala, por ejemplo, que cuando se dieron diferencias entre EU y Venezuela, el vecino del norte solo les dejó de comprar petróleo y los tronó, pues era el principal comprador de ese país.

 

La estabilidad financiera de México no depende ya del petróleo.

 

El desarrollo comercial e industrial permitirá que más recursos vayan a escuelas, hospitales, infraestructura de agua y carreteras, y formar a las nuevas generaciones con educación de calidad y desarrollar capacidades profesionales, para así aprovechar como país nuestro bono demográfico, al generar trabajadores de alta especialidad técnica.

 

Porque hasta eso, se va reduciendo la dependencia técnica del exterior y se tiene que incrementar esa especialización,