René Delios
Mejorar el rubro educativo en la entidad es fundamental para el crecimiento en todo sentido, y tiene que ser en corto plazo porque en el siguiente gobierno termina el primer cuarto de siglo, y necesitamos entrar en firme al tercer milenio, porque a la fecha, con los rezagos sociales existentes -ahí están los números ante la media nacional- quedamos a la zaga del desarrollo y de ahí la urgencia de seguirle dando e invirtiendo en el desarrollo social y humano, para superar las situaciones de marginación y desplazamiento social, aunado a concluir lo que quede de conflictos agrarios -desde el siglo pasado-, debido a muchos factores que incluye irresponsabilidad en los tres niveles e instancias de pasados gobiernos, que derivaron e impactan en muchos rubros entre ellos la educación básica, con problemas estructurales que resolver, y desde luego, con una docencia de mala calidad desde hace casi cuatro décadas.
El caso es que igual esta la media superior y la superior; la media superior es gris en Chiapas, nada que destacar en ese vaso medio lleno que se bifurca en varias ramas –biológicas, sociales, exactas, técnicas- que vienen a ser como las vinculantes para la tendencia profesional, que es la que ya se imparte en las máximas casas de estudios, como llaman a las universidades en el país, casi todas presuntas de excelencia académica, con personal que muy pocas veces da el nivel, aparte de que las universidades públicas a lo largo de su existencia han sido botín de todo y trampolín de muchos, en una larga hilera de rectores impuestos y compuestos -al menos en ésta entidad- que por lo general no destacan: se atascan.
Por eso hay pocas universidades en la entidad que han crecido sustancialmente en comparación a su tiempo de existencia, y menos que en ese inter destaque un rector en especial, pues casi todos pasan sin pena ni gloria.
En 2018 salió el escándalo de los desvíos en las universidades, que hasta debían Issste, Infonavit, y otros pendientes que incluyo impuestos al SAT -que fue por dónde reventó todo-, y se hablaba de más de 14 auditorías realizadas.
¿Qué pasó?
Nada. Nunca hubo culpables por esos desvíos.
Como no pasa nada con la cuestión educativa básica, que es hora de afinar como pilar para el futuro de Chiapas: la CNTE y el SNTE como el gobierno estatal y federal -pues esto no es de un solo lado- se la deben a la entidad como gremio, como gobierno y súmele: son los “democráticos” que le deben correspondencia al estado, y desde luego a su infancia.
Así que el magisterio agremiado en las secciones VII XL -esta entre los peores del país-, deben incrementar su calidad, pero actúan cual magisterio probo e impoluto, deslizando -cínica e históricamente- la parte que les corresponde en el llamado rezago educativo que padece Chiapas, alto, preocupante, lastre social, que es lo lamentable.
Pero ahí están, cual divas de la lucha social, gremial, vulnerando el derecho de terceros, y esos terceros son menores de edad.
Llegamos –insisto- al primer cuarto del siglo XXI, y hay que abordar ese tema de la calidad en la enseñanza básica.