René Delios
El Presidente descartó una reunión con la Ministra Norma Piña, y refrendó que el poder judicial se reforma.
Y es que ex presidentes de México, apoyados por otros de Europa y América, emitieron un desplegado en el que cuestionan los pretendidos cambios al poder judicial de México, que le ha bloqueado el 78 por ciento de las iniciativas presidenciales a AMLO aprobadas ya en el legislativo, pero impugnadas o amparadas por la oposición, a la que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le ha dado la razón en mociones importantes dentro del proyecto de la llamada Cuarta Transformación, en materia administrativa y política, sobre todo en materia de energéticos y electoral, lo que motivó reacciones de seguidores del mandatario: “Ya estoy mandando el mensaje desde aquí, que no hay que llevar a cabo esos actos, nada de apología a la violencia. Vernos como adversarios a vencer, no como enemigos a destruir”, reiteró con relación a que unos simpatizantes quemaron la imagen de la presidenta de la Suprema Corte.
Qué desafortunado desplegado de los ministros.
Fue de los que buscan exhibir, no exponer alguna oposición: la marcada ultraderecha es evidente en las referencias de animadversión a la izquierda, que ya es notoria a nivel internacional, en personajes como el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro o el actual presidente de Argentina Javier Milei, quien incluso ha llamado “ignorante” a Andrés Manuel López Obrador, o Rafael Novoa que “invadió” la embajada mexicana.
Así que como no se sustenta ese desplegado, pues no encontró eco, aun antes, los ex presidentes de Vicente Fox y Felipe Calderón firmaran otro con líderes europeos cuestionando a la izquierda en general, y sus “decisiones antidemocráticas”, y de pronto el pueblo de México le da un revés a esa derecha y semanas después, sucede igual en la comuna europea para la conformación del parlamento europeo, cayendo estrepitosamente la derecha que difundía la idea de que la izquierda es obsoleta en el mundo.
En torno al desplegado de los ministros, es como si no supiéramos la historia de los firmantes y el por dónde de sus resoluciones: liberando criminales, bloqueando iniciativas, imponiendo su criterio en contra aun lo evidente de la razón, y pues no se puede hablar de democracia desde la suspensión o “congelamiento” de reformas legislativas sustentadas, y que ese tribunal federal judicial justificó con politiquería como lo hizo por sexenios ante la desigualdad social, y de eso nada mencionan en su desplegado los ministros.
Así que ese texto esta a modo, y a la vez parece un reclamo.
¿Pero de qué?
Se les limita el qué, ante la determinación de la mayoría legislativa, puedan bloquear una resolución de las cámaras federales -los magistrados son once-, por sobre representantes de los distritos del país, que son 500 diputados y 128 senadores.
Una minoría se impone a la mayor representación del país ante la federación.
La verdad los ministros no nos representan ante la ley, son la ley, que hacen los legisladores, y se trata de elegirlos para legitimarlos.
Antes no eran problema: contrariamente la SCJN daba su visto bueno a todo lo que viniera de palacio, como sucede ahora en el legislativo. Así ha sido de siempre en este país, y así seguirá.
En septiembre –antes de que se vaya el presidente-, van a reformar la constitución, al poder judicial de la federación para el revire no de los ministros, magistrados y jueces, sino de la derecha que es la que, desde luego, esta de tras de los ataques, y lo hacen desde fuera.
Pero la contundencia con que en México ganó Morena le da legitimidad, pero a la vez, capacidad de cambio.
Porque eso manifiesta el voto: la continuidad de la Cuarta Transformación, y así va a ser, no porque siga tras el poder Andrés Manuel, como insinuaron desde su pobre óptica social muchos, sino porque los mexicanos que votaron, en su mayoría así lo determinaron, y es tanta la intolerancia que ahora le dicen ignorantes por defender sus intereses.
La votación los aplastó y todavía le mandan un desplegado al pueblo que no los quiere ya en el poder: piden que hay que defender al poder judicial, de sí desprestigiado ante la opinión pública pues, como los políticos, desde ese poder de la federación hicieron lo necesario en contra del derecho, para que la base social no los reconozca y defienda.
Igual al pueblo lo saturaron de tanto ataque que se ha visto, leído y escuchado –y siguen- en contra del tabasqueño desde que tomó posesión, y se arriesgaron a creer que había un hartazgo y no.
Se la creyeron y pues la derecha se quedó como huérfana sin el voto de México.