Tubo de ensayo

17/julio/2024

 

René Delios

Y de pronto, de las escuelas con muros de tablas y mobiliarios de troncos que aún abundan por las zonas marginadas de este país –que es otro rezago infame y acumulado de sexenios ha- nos recuerdan que durante la pandemia no hubo clases “en línea”, pero como en México hay puros alumnos inteligentes, ni en el medio rural –que no tiene internet- y ni en el urbano –en donde no todos tienen red-, nadie reprobó.

 

De todos modos, desde el gobierno, como siempre, dijeron que fueron un éxito, y compensar así -de pura boca- el calendario escolar interrumpido por el paso tremendo del Covid-19, del que aún hay muchas cosas qué precisar -incluyendo el cómo le hicieron con la carencia de calidad ante falta de capacidad de decenas de miles de maestros que nada más no sabían, y ni saben usar las computadoras para las clases en línea-, entre otras cosas en torno a la educación básica: ¿En qué la impactó la pandemia, promovió algún tipo de rezago, hizo ver deficiencias?

 

Nada dicen.

 

Pero nos olvidamos de lo otro: de esas zonas marginadas sin Internet en que las que no se dieron las clases en línea: ¿Cómo quedamos ahí en cuanto a aprovechamiento?

 

Y nos concentremos en ciudades en dónde sí hubo y hay el servicio de Internet, pero aterricemos solo en esos hogares en dónde tienen contrato de cable –pues no en todos los hogares lo tienen-, con la novedad de que el señor y la señora –como le sucede miles de maestros mayores de 40 años-, nada más no se les da usar la computadora como a los infantes.

 

De eso tampoco se habló: ¿Por qué?

 

La pandemia no se originó en México; no es culpa de la 4T, por lo que no hay nada que ocultar, pero como en otros tantos temas, las diferencias entre fifís y chairos se llevó como sucede ahora, los titulares de la fecha, los razonamientos de los analistas en todo en éste país de miserias acumuladas, y ni sabemos porque no evaluaron a los alumnos que llegan a prepa ahora, y si lo hicieron no nos lo dijeron porque el magisterio ha estado frente a palacio nacional exigiendo derechos laborales, que si bien justos, algunos de los agremiados no se ganan al cien, pues pareciera que no tienen vocación, en especial a los que trabajan en zonas marginadas.

 

Los más ni llegan a cumplir todos sus días de asignación.

 

Aterrizamos: la generación que hace cuatro años estaba en tercero de primaria, que recibió las clases en línea, que regresó a la escuela para el ciclo 22-23, es decir, a quinto año, sale en ésta generación de sexto e ingresará a preparatoria.

 

¿Hay un estudio sobre el nivel con qué ingresa al siguiente nivel? Igual así, e imagino que comprende un análisis de los que se van de la “secu” a la prepa, y de ésta a la educación superior.

 

Porque eso debe de evaluarse –ya que con el magisterio no se puede-, en el entendido de que por dos años esos estudiantes de diversos subsistemas no asistieron a clases regulares, y aunque seguramente no sucederá, no está de más apuntarlo: no pueden ir al cien, pues la instrucción primaria es un asunto milimétrico, memoria, razonamiento, análisis, conclusiones o ejecución, según el caso, lo que incluye debate, pero eso no se dio pleno en las clases en línea, al menos en ese lapso de 2020-2022.

 

La educación tiene una laguna. Pero como la elección de este año, la pandemia y sus secuelas son cosa superada para la 4T.