René Delios
Y es que se dan golpes de pecho con eso de la reforma al poder judicial, cuando la verdad los ciudadanos no meten la mano al fuego por la transparencia de ese ámbito de la federación, y tan no que le otorgó al legislativo supremacía sobre éste, para que reorientaran su labor de manera transparentes, sin las mercedes y los privilegios de que gozan, que son de alto costo para el país.
Además ha sido imparcial.
Va recordatorio: en enero pasado, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio un revés al presidente Andrés Manuel López Obrador, al declarar inconstitucional la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, impulsada en marzo de 2021.
Con tres votos a favor y dos en contra, los ministros de la Segunda Sala de la SCJN, declararon inconstitucional la reforma eléctrica que otorgaba “beneficios” a la Comisión Federal de Electricidad –que es de la nación- sobre empresas privadas, las cuales presentaron un amparo, pues la moción pretendía que la CFE generara al menos 54 por ciento de la energía que requiere México, y sustentaron que se buscaba otra vez, el monopolio en el sector, por lo que la Corte determinó que no era constitucional y favoreció a la IP internacional.
De ese nivel.
Igual fue con el freno a la Reforma político-electoral que buscaba transformar al Instituto Nacional Electoral en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultar, y que tanto consejeros electorales como los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, fueran elegidos por voto popular.
Lo que dolió y les dio pavor es que pretendía reducir a 300 los curules en la Cámara de Diputados, desapareciendo las plurinominales, que solo sirven para favorecer a dirigentes anodinos, recomendados, ahijadas, en fin.
Pues se fue para abajo vía amparo de la oposición, y entonces López Obrador recurrió a lo que se conoció como el Plan B, y tras recibir un revés a su primera propuesta, envío otra iniciativa que buscaba reducir la estructura del INE, sin embargo, nuevamente la SCJN invalidó la reforma porque se violaron los procesos legislativos, esto en medio de manifestaciones de protesta por parte del neoliberalismo presidido por Claudio X. González, y secundado por los medios de comunicación tradicionales que, al unísono de cuestionar al mandatario, inflaban la imagen de la oposición creando la idea de altas posibilidades de triunfo.
Pero López Obrador sigue insistiendo en una reforma electoral, por lo que nuevamente incluyó la iniciativa en el paquete de reformas que envió al Congreso el pasado 5 de febrero y es lo que está pendiente a analizarse en septiembre con la nueva legislatura
Hay otra que trataron mal.
La reforma del Ejecutivo para pasar el control de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, recibió también un revés de los ministros de la imparcial y democrática Suprema Corte, ya que la declaró inválida.
Punto.
Los ministros destacaron que la reforma violó la Constitución, que establece que todas las instituciones de seguridad pública deben ser de carácter civil y no castrense, y eso es cierto, pero brinca que, el área jurídica de la presidencia no haya contemplado eso, y tenemos también la iniciativa a Ley de Amparo, presentada por los legisladores de Morena, que busca evitar casos como los citados anteriormente, y la SCJN pueda inhabilitar una resolución legislativa, como ha pasado por parte del judicial.
Lo otro es que mínimo el 34 por ciento de 36 iniciativas enviadas por López Obrador, han quedado en comisiones de la Cámara de Diputados, en el Pleno de la cámara baja han quedado tres, entre ellas la reforma electoral y la reforma energética; mientras que en el Senado se han quedado cuatro, de acuerdo al informe “Buró Parlamentario: Balance y Análisis de la LXV Legislatura”, presentado recientemente.