René Delios
Mientras en el escenario nacional se observa la mala actuación de otro soberbio del sexenio como lo ha sido Alejandro Moreno Cárdenas, conocido como “Alito”, quien llegó a la dirigencia del tricolor en 2019, que ya era un partido desacreditado ante los electores de la nación –y cuyos dirigentes estatales también han sido sus depredadores que solo se han servido, los que han podido, de ese partido-, y no pudo hacer mucho.
Recibió a su partido con doce gubernaturas y a la fecha el tricolor gobierna solo dos.
En 2021, pierde Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima y Campeche, que es la tierra natal del dirigente priista, y de la que fue gobernador. Para 2022 igual es derrotado en Hidalgo y Oaxaca, y para 2023, Morena le quita la joya de la corona: Edomex.
Para 2024 no gana ni pierde estados, pero sí votos: el PRI logra cinco millones 411 mil 46 votos, disminuyendo los más de nueve millones que consiguió en 2018.
¿Qué méritos hay para su reelección como dirigente del PRI?
Y así como Jesús Zambrano se encaprichó en que él era el camino para el PRD -igual va Marko Cortes, que debió renunciar a la dirigencia panista ante el resultado electoral-, y todavía se regaló una senaduría plurinominal, Alito también se dio la suya y, para no quedarse atrás el dirigente blanquiazul se aseguró la propia, y los rumores del tráfico de influencias y corrupción política circulan en medio de los arañazos a ciegas que da Xóchitl Gálvez, tratando de empañar sin éxito el triunfo arrollador de Claudia Sheinbaum, diferenciada con su dirigente nacional con el que se hizo de gritos, y quedando en el total ridículo pues, mandatarios de todo el mundo ya reconocieron el triunfo de la doctora chilanga, por lo que contrario a Cortés, Gálvez debería aprovechar su popularidad y regresar al trabajo político de base, y no comportarse como de ultra derecha, y bajar a ese sentido de pueblo conservador que practicó el panismo por años, y que les dio buenos resultados.
El PRD ya no tiene remedio: fue un éxito fallido, si se vale la descripción pues, como izquierda creció en diez años como no lo había logrado ningún partido de esa tendencia por la vía democrática en América Latina, pero lo contaminaron unas hordas que se autodenominaron “tribus” -como en el PRI se llamaron “corrientes” y en PAN expresiones-, y lo llevaron a la ruina política, y lo convirtieron en una agencia de colocaciones de los intereses de los llamados “Chuchos”, lo que motivó la salida de destacados militantes como Gilberto Rincón Gallardo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, y el propio Andrés Manuel y pese a la señal, a los llamados “Chuchos” –Zambrano y Ortega-, no les preocupó.
Como tampoco parece preocuparle a Alejandro Moreno la reacción que está generándose por su posible reelección en la dirigencia priista, luego del desastroso fracaso que fue su periodo de 2019 a la fecha, casi cinco años de declive constante, en la que no pocos desechan la idea de que para las federales intermedias el PRI pierda el registro en 2027.
Y es que no crece.
Ese fenómeno pasa en Chiapas desde 2000, en que el PRI perdió la gubernatura, y desde esa fecha nada más no volvió a levantar pese a las alianzas que estableció con el PVEM –ahora aliado convenenciero de Morena-, por lo que el tricolor cumple 24 años fuera del poder, y alcanzará las tres décadas en 2030, que es cuando concluirá el sexenio de ERA.
Igual para 2030 ya no existe el PRI, como para 2025 dejó de ser el PRD, un ejemplo del cómo la corrupción política acabó con un partido que prometía desarrollo político, pero a la vez, se demostró que la sociedad ya no es inconsciente a su movimiento como decía Elías Canneti en su “Masa y poder”, o planteaba Josep Goebbels –un publicista nazi- de repetir la mentira hasta hacerla verdad entre y ante la opinión pública, pues ahora, están las redes sociales que, desmienten desde alguna tribuna individual y particular, las afirmaciones dolosas, inquinas, falsedades, acusaciones mezquinas y por el contrario cuestionan, abiertamente, a los que tratan de manipular la información.
Tan es así que todo el despliegue de publicidad negra en contra de lo presente por cuatro rutas no dio resultados favorables a la causa opositora, que no era otra que levantarle imagen a Xóchitl Gálvez.
El stablismenth atacó a AMLO, principalmente, luego a su filosofía de gobierno, como lo es la 4T o primero los pobres, y a Morena como plataforma de un gobierno comunista, y a su representación o continuidad: Claudia Sheinbaum.
La respuesta popular fue de dos a uno en favor de la doctora: o sea, ¿La gente quiere a ese gobierno comunista? pues borró con su voto a su adversaria, que por ahí anda dando lástima con sus impugnaciones y denuncias insustentables, tratando de manchar un triunfo irreversible.