René Delios
Pareciera que a los orquestadores de las campañas de desprestigio contra Morena y la presidencia no “les caiga el veinte” de que los ataques no les dan resultado, no porque en ese partido o el mandatario sean impoluto, sino porque la credibilidad de los denunciantes o exponentes, no da ya para convencer a la opinión pública.
Ahora transita en redes, incluso publicado en páginas electrónicas, que en Morena se enfrenta “una crisis severa” pues hay los que acusan a su dirigencia de corrupción, antidemocracia y tráfico de influencias para otorgar candidaturas al crimen organizado.
Y todo eso viene –según la derecha ¿Quién más?- de los que se quedaron fuera de las candidaturas, en especial las plurinominales, las que se les otorgaron a personajes de raro o dudoso origen, y que así lo han manifestado en las denuncias que han interpuesto ante las instancias correspondientes, cuando la verdad es que no se sabe de ningún movimiento al interior de ese partido, y tampoco de sus aliados en lo que se conoce como la Cuarta Transformación, y solo se conoció la que hizo Genaro Fernández Noroña., al no ser llamado al gabinete, en la idea de que el PT, su partido, sí aportó en lo global, votos significativos a la causa presidencial.
De ahí en fuera no hay nada, dados los resultados casi oficiales, pues aún falta que se desahoguen las impugnaciones para cuadrar resultados, y emitir las constancias de mayoría a quien corresponda, incluyendo a la presidenta de la república, cuyo triunfo fue impugnado por sus oponentes, ése al contundente dos a uno.
El caso es que hasta ahora tratan de destacar que “miembros activos de Morena, señalan que las diputaciones no las otorgaron a la militancia que ha trabajado, sino a compromisos “políticos”, a gente que ni siquiera ha trabajado en su movimiento y gozan de mala imagen, incluso vinculados al crimen organizado”.
O sea que se trata de espacios -¿O la dieta?- para tener presencia y tráfico político, y el pago al partido es la disciplina, el institucionalismo a la 4T que, comprende al presidente y su partido.
Y a quien culpan de eso es al actual dirigente de Morena, Mario Delgado, futuro secretario de Educación, quién favoreció en las insaculaciones a gente considerada externa.
Las llamadas plurinominales fueron idea de Jesús Reyes Heróles, hará casi medio siglo, para que la oposición llegara al congreso federal y le diera al menos un toque de pluralidad a los legislativos, ante aquellos carros completos del PRI; hoy esas curules ya no hacen falta, y hay los que proponen que deben desaparecer del congreso de la unión y en cada entidad de la República, y cada legislador se gane con el voto, su puesto, y no se los regale el gobernador o el líder partidista vía representación proporcional, que es la forma en que llegan a los legislativos, tanto indeseable.
Y es que son doscientos plurinominales, doscientas posiciones que permiten manipular intereses políticos, colocar afines, ahijados, amantes, de todo.
Incluyendo cercanos o integrantes del crimen organizado, esa es la verdad, dicho y acusado desde hace mucho tiempo, en especial por los resentidos que, como ahora, sacan raja pasada la contienda electoral, en vez de haber hecho la denuncia a tiempo, por lo que, por extraño de lo fuera de tiempo, no queda más que recurrir a la idea de que se trata de otra más de las acciones opositoras en aras de bajarle imagen no a Morena, sino a uno de los integrantes del gabinete federal, en este caso Delgado, y hace suponer que, por ahí, va a ser la ruta de guerra sucia que van a desplegar desde la ultra derecha terca que, recibió una cachetada popular más al perder este domingo el dominio del euro congreso, mientras en el encuentro del Mercosur en Uruguay, Milei llevó critica por no asistir a tan importante encuentro de intercambio comercial, por irse al encuentro de la ultraderecha en Brasil -sin Lula en el país, pues esta en Montevideo-, que presidió Bolsonaro, en dónde fue clara la tendencia de apoyo a Donald Trump para ganar en EU éste noviembre próximo, lo que también alegraría no solo al proyanqui presidente argentino, sino también a su homólogo Novoa, el presidente ecuatoriano de origen gringo, enemistado con México desde que ese gobierno allanó la embajada azteca en Quito.
Pero esa es otra historia.
La que nos ocupa es que ahí van de nuevo, buscando ponerle remedio a lo irremediable de su derrota estos derechistas mexicanos, manipulando contenidos en los medios de información tradicionales que no les dieron resultados positivos en seis años, y se refrenda en el resultado bárbaro de dos a uno, y que muy difícilmente se va a reducir si en la oposición siguen con los manejos inefables como los que hace el líder del PRI Alejandro Moreno, que a modo se da una senaduría plurinominal sin merecerlo, y trafica influencias para reelegirse, también sin merecerlo, pues su paso por la dirigencia del PRI no fue ni por asomo benéfica, y sí un periodo de asfixia notorio y lamentable, desde que la asumió en agosto de 2019, para llegar a hoy en que su partido es gobierno en solo dos entidades del país, por lo que en gestión ha perdido 17 estados.
Ya ni se diga en las cámaras federales y estatales.
Entonces ¿Cómo es que se reeligió?
Los priistas padecen mal de origen, y a lo mejor eso les impide celebrar su centenario que es en 2029 –se fundó como PNR en 1929-, en el caso de que pierda el registró en las federales intermedias de 2027, certificando eso de que “no hay mal que dure cien años”.