Arit León Rodríguez
La inversión al turismo en el estado es necesaria y de miles de formas. Es absurdo que no existan planes de crecimiento turístico en zonas importantes pero si se invierta muchísimos recursos en logos que al final no funcionan y además son plagiados.
Es deprimente como los recursos turísticos de Chiapas están en manos de unos cuantos y siendo explotados a su beneficio y que las poblaciones no reciban decorosamente prevendas por lo que debería corresponderles.
Lagunas secándose, zonas contaminadas y parques en abandono es lo que hallamos continuamente por doquier, en los municipios que usted piense al azar.
Mientras en otros estados, hasta de una hacienda cafetalera se hacen proyectos turísticos, aquí se lucha por apoyos para cultivos y ventas medianamente justas para los productores, quienes en muchas ocasiones terminan organizados entre ellos para poder abrirse paso en el mercado.
Lamentablemente, por más denuncias que existen de empresarios que están haciendo un trabajo consciente en su ramo, es un árbol que no parece quererse enderezar. Seguimos siendo víctimas de la mala atención, de la sobreexplotación, del agandalle de los mismos comerciantes inclusive y de las ventas oportunistas de temporada en las zonas que nosotros como población, visitamos.
Entre tanta ida y vuelta, vemos que la deforestación de nuestras reservas sigue viento en popa.
¿Qué depara el porvenir para nuestro estado tan carente de mucho y perdiendo lo que le hace vasto?
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En nuestro país se calcula que más del 80 por ciento de la población se automedica, es decir, usa medicamentos por iniciativa propia sin indicación médica y sin receta.
La automedicación en un hábito común en nuestra sociedad y no está exento de riesgos: utilizamos medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos, para relajarnos, para la tos, para la alergia, etc.
Una muerte reciente en Monterrey viene a retomar un tema bastante mencionado a lo largo del tiempo. Somos bien dados a auto recetarnos para todo, especialmente por medicamentos que nos recomiendan en la televisión o redes, con cero asesoría medica.
Hace tiempo en Monterrey, una mujer joven falleció por consumir unas pastillas termogénicas denominadas Avitia Cobrax.
Su caso fue dado a conocer a través de redes sociales mediante publicaciones que realizaron sus amigas que pedían una oración por la salud de la chica, de tan solo 24 años, la cual compró el producto para deshacerse de los kilos de más que le dejó su embarazo.
Este tipo de productos se venden sin licencia y de manera rápida, porque en efecto ofrecen resultados explosivos, – logró perder 7 kilos en una semana- sin embargo, comenzó a sufrir unos intensos dolores de cabeza, para culminar con un edema cerebral por el producto que adquirió en un costo de mil 200 pesos.
Dejo una niña de un año huérfana.