En la idea de que la ciudadanía es tonta, se despliega a diario una difusión negra que a años de implementada, nada más no dio resultado, pues la gente podrá no ser “culta”, pero eso no quiere decir que sea tonta, y sabe que las acusaciones en contra de AMLO, su 4T y Morena, son muestras de que les dolió que no les regresaran el poder que el tabasqueño les quitó en 2018.
La verdad han buscado el cómo recuperarlo, pero los métodos usados no fueron los adecuados, y aún hay los que siguen fustigando al mandatario y a su pupila, cuestionando que va a seguir lo mismo cuando, la Cuarta Transformación va mantenerse, dicho por ambos, en sus giras de fin de semana, a lo que le llaman camino de la transición.
El problema es que al responder esos ataques, se degrada la política, y eso se observa en los insultos, descalificativos, y la misoginia que se vuelca sobre la virtual presidenta electa.
Y sucede incluso de manera interna en las entidades del país, en dónde fueron notorios esos ataques, a nivel municipal, y aun los resultados, siguen dándose con todo.
Y es que Claudia sigue siendo la adversaria a vencer por parte del neoliberalismo.
¿Creen que va a renunciar, pedir licencia?
La han atacado por ser científica y no política, judía y no católica.
Y aun con eso ganó con mayor votación que Andrés Manuel López Obrador en 2018, lo que deja limpio el que ganó la consulta interna a las bases y simpatizantes morenistas en el país –que la convirtieron en la candidata de AMLO-, que muy seguramente no saben a bien la historia política y administrativa de Sheinbaum, y lo destacado de su familia en el ramo científico de México.
Hasta hace muy poco se difundió su ya de décadas militancia en la izquierda mexicana, como muestra de que no fue una ocurrencia de sexenio, postularla.