Luego de que se conoció que el peso es de las monedas con menos fluctuaciones de riesgo ante otras numeralias de comercio, que la Inversión Extranjera Directa puede llegar a romper record en 2024, que las reservas mexicanas son estables y que las remesas del extranjeros son de lo más altas en la historia, se anuncia que el Servicio de Administración Tributaria, aumentó a casi el triple su recaudación producto de auditorías a contribuyentes de todo tamaño.
Y no es poco decir: Pasó de captar 1.2 billones de pesos entre 2012 y 2018, a 3.4 billones de pesos en lo que va de la actual administración.
Obvio hay situaciones administrativas que derivan de viejas practicas que fueron eliminadas de tajo, y se detalla que el incremento en los ingresos se debe tanto a la fiscalización de pequeños y medianos contribuyentes, como a empresas que tienen ingresos por más de mil 500 millones de pesos al año, y evitaban dar sus declaraciones.
La cosa es que un billón 380 mil 812 millones de pesos se obtuvieron por auditorías ejecutadas a grandes contribuyentes, y un billón 56 mil 576 millones de pesos, por auditorías a pequeños y medianos contribuyentes, mientras por promoción del cumplimiento o invitaciones, se obtuvieron 945 mil 962 millones, según el SAT.
Esto refiere a contribuyentes que por lo regular, han sido lentos para cumplir con sus responsabilidades fiscales.
El organismo enfatizó que el billón 380 mil 812 millones de pesos captado por acciones de fiscalización a grandes contribuyentes forma parte del Plan Maestro puesto en marcha en la actual gestión del SAT, y que se basa en auditorías para evitar planeaciones fiscales agresivas; incrementar la percepción de riesgo en los grandes contribuyentes y dar certidumbre jurídica.
O sea que hasta eso, la medida es muy favorable para estos acreedores, cuando a uno común, hacienda le envía su crédito o en su defecto, le detiene la facturación.