Editorial

20/julio/2024

 

La clase política chiapaneca es la misma indistinta siglas, y aunque su objetivo debería ser el mismo, es decir Chiapas, la verdad es que han forjado cofradías, cotos de poder, tribus, corrientes o como se quieran llamar, que se fueron excluyendo de sus bases y el trabajo político con éstas, que es desde las que se supone se deben nutrir socialmente los partidos, y contrariamente, atrajeron élite de otros sectores –incluyendo el empresarial y criminal- proyectándolos a posiciones de representación popular, que otrora eran para gente con el carisma político por un lado, y los líderes naturales del pueblo, por otro.

 

No, ya no se ve eso: la tecnocracia impera, por eso se espera que, los nombramientos de Eduardo Ramírez al llamado gabinete contemplen otros criterios para un Chiapas que requiere capacidad pero sensibilidad, no tecnocracia, no todólogos, que apliquen un criterio social, tal cual el prefijo de la 4T.

 

Si los partidos se distanciaron de las bases sociales, incluso desplazaron a sus propios cuadros políticos en aras de alianzas y coaliciones, ya como gobierno los gobernantes de Morena deben voltear hacia todos lados para no perder la brújula como otros partidos, lo que provocó obvias fracturas dentro del perredismo, que no acepta que su corrupción política generó la perdida de lo popular y por apostarle a lo científico, perdieron el registro.

 

Porque esa es la otra: el pueblo la cobra.

 

Y eso por sobre las coberturas publicitarias o de golpeteo, las estadísticas, las consultas, las encuestas manipuladas y demás diseños propagandísticos, el pueblo lo cobra, aun lo crean ignaro de los asuntos de sus propios de las cúpulas.

 

Porque esa es la otra: la metodología de consulta a sus bases le dio resultados a Morena, y pese a que se dio la guerra sucia de manera interna entre aspirantes, ahí están los números, las posiciones, los resultados a su favor en los globales estatales de la elección.

 

Pero ya en corto, otra vez, pero ahora para el gabinete, se da una nueva guerra interna, que bueno fuera detuvieran para no contaminar la transición.