Agencias
Sin dinero, lo que las universidades puedan hacer para garantizar el acceso universal y gratuito a la educación superior, como lo plantea la futura administración, no va a ser suficiente, advirtió el secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Luis Armando González Placencia.
Con el ya conocido déficit de 30 mil millones de pesos en las instituciones de educación superior (IES), rectoras y rectores de todo el país están planteando modelar conjuntamente una estrategia de financiamiento que no solamente implique el otorgamiento de más presupuesto sino, además, un compromiso por parte de las propias universidades de cuidar y gastar el dinero en lo que debe ser gastado.
En un documento que será presentado ante la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y que ya circula entre rectoras y rectores para ser enriquecido, se aclara que sin dejar de lado la iniciativa, creatividad y esfuerzo que corresponde realizar a las instituciones de educación superior públicas para desarrollar mecanismos alternos de financiamiento, la fuente principal debe ser pública con la participación de los tres órdenes de gobierno.
En el corto plazo es importante avanzar hacia un nuevo modelo de financiamiento para la educación superior basado en la corresponsabilidad de la Federación, los estados y los municipios, junto con las IES, para cumplir con las obligaciones que en materia de universalidad y gratuidad nos imponen la CPEUM (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos) y la LGES (Ley General de Educación Superior)”.
Al Estado, en su conjunto, le corresponde determinar y otorgar, de manera suficiente y oportuna, los presupuestos destinados al fortalecimiento y provisión de los servicios de educación superior a través de las IES y otros actores corresponsables del sistema educativo, incentivando también mecanismos para la generación de recursos propios destinados a cubrir aquellos aspectos para los cuales el financiamiento público no es suficiente, pero que coadyuvan a que los costos de la educación superior no se trasladen a las y los estudiantes ni a sus familias”, refiere.
En este contexto, Luis Armando González Placencia explicó que se trata de pensar que la gratuidad y el acceso universal que plantea la Constitución y que han sido ejes de lo que ha dicho la presidenta electa, se basen en un modelo de financiamiento que tenga como eje la idea de corresponsabilidad.
Planteamos la necesidad de un compromiso con los gobiernos estatales para que cumplan efectivamente con el otorgamiento de la parte que les toca e igualmente con el Legislativo para que promovamos estudios y reformas al tema de pensiones que forma parte del diagnóstico de los déficits porque tenemos un problema de que muchas universidades enfrentarán en los años próximos una quiebra técnica por las pensiones tan elevadas que tienen y porque no han hecho reformas en su ordenamientos”, destacó.
En el texto titulado Compromiso común por el futuro de la educación superior mexicana. trazando una ruta al 2030”, se establece que el financiamiento de la educación superior debe considerarse como una inversión estratégica y no como un gasto.
Desde luego, tampoco se trata de una carta en blanco. Corresponde a las autoridades educativas, a las IES, otros actores participantes y a los órganos de fiscalización, trabajar en conjunto para garantizar el correcto uso de los recursos públicos, con transparencia, rendición de cuentas, disciplina y corresponsabilidad”, expone.
Durante una entrevista con Excélsior, González Placencia recordó que durante este sexenio se suprimieron muchos de los fondos de las universidades para solventar problemáticas sobre todo de naturaleza, estructural y si bien el presupuesto no se redujo en todo el sexenio, tampoco se incrementó, dejando déficits a causa de la inflación.
En este contexto, las universidades se comprometieron, y cumplieron con el incremento de matrícula, tenemos un incremento muy importante de alrededor de 4% anual en la matrícula de las universidades, entonces es una situación en la que con escasos recursos se ha hecho un esfuerzo importantísimo para para tratar de que la gente, los chavos no se queden sin estudiar”
La universidad no se ha detenido en sus funciones, se siguen graduando los jóvenes, las y los profesores tienen un compromiso muy claro, el tema es quién estado pagando esos déficits, nosotros hemos insistido en los últimos dos años, al menos, en que hay que ubicar ese déficit y hay que ver quién lo está cubriendo, y lo que parece muy claro es que en una parte muy pequeña, son los recursos propios de las universidades lo que se genera y en una parte mayoritaria con las cuotas que se siguen cobrando, que se tienen que seguir cobrando a las familias de los jóvenes, porque si eso no ocurriera, o sea, si eventualmente se dejara de cobrar cuotas, entonces habría mucho problema para poder financiar todo ese otro gasto de la universidad que no está relacionado con sueldos y salarios”, expuso.