René Delios
En 2014, cuando el PRI reformaba la constitución para “modernizar el marco jurídico” del país, y se aplicaban las reformas estructurales de Peña Nieto con la complicidad del PAN y el PRD en la cámara de diputados, el entonces coordinador de los tricolores, Manlio Fabio Beltrones –que ganó una curul otra vez, y por elección-, hizo lo necesario para que se pudieran completar los procesos de las leyes secundarias para la reforma política de ese momento.
En este extraordinario de 2014 se tramitaron algunos ajustes a la Ley General de Partidos Políticos a fin de que los votos en favor de las coaliciones electorales, se repartieran de manera igualitaria entre los partidos que las integran –lo que se eliminó en 2020 para que no fuera posible en las federales intermedias de 2021-, y ello defina la asignación de diputados de representación proporcional, o plurinominales, y así evitar la sobre representación de cualquier sigla.
Eran los años en que terminada la elección, acababa también el trato de coalición, y ya en las cámaras cada sigla jalaba por su lado, y no como ahora en que, la alianza se prolonga en los legislativos.
Como en ese entonces –hay que recordar que también, en 2014 Morena alcanza registro-, el tema eran las plurinominales que le corresponderán a los partidos, y al PRI y al PAN, ya del lado de los perdedores, les preocupa que la sobre representación en las cámaras beneficie a Morena y aliados, esto es que un partido aparte de que gane en los 300 distritos, todavía le toquen plurinominales, cosa que no va a pasar, pues ningún partido como tal ganó los 300 distritos electorales federales.
Pero de todos modos, el Instituto Nacional Electoral informó que la asignación de las 200 diputaciones federales plurinominales, se aplicará de acuerdo el porcentaje de votos obtenidos por cada partido político en cada circunscripción, y se evitará la sobrerrepresentación, hecho previsto en el artículo 54 de la Constitución.
En ese mandato se establece que si algún partido político excede 300 diputaciones por ambos principios o su porcentaje de curules del total de la Cámara de Diputados sea mayor en ocho puntos porcentuales al de su votación nacional emitida, “le serán restadas el número de diputaciones de representación proporcional hasta ajustarse a los límites establecidos” –o sea solo 300 diputaciones o 68 senadurías-, y se asignarán las diputaciones o senadurías excedentes a los demás partidos políticos que no se ubiquen en estos supuestos.
La cuestión es que –no lo vieron venir- se trata de una alianza, es decir, Juntos Seguiremos Haciendo Historia comprende a 3 partidos, y así seguirán y entre éstos, sí pueden pasar de los 300 diputados, pues esas plurinominales se reparten por partido, no por coalición, de la misma manera en que, no se pueden repartir equitativamente los votos obtenidos en coalición, de ser así, el PRD no perdería el registro.
Lo que sí quedó de aquella ley electoral peñista, fue la certeza jurídica en las garantías de equidad, transparencia e imparcialidad en los procesos electorales con vigencia desde 2015.
Por el momento unas cien impugnaciones interpuestas se analizan para su resolución en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y tendrán que resolverse a más tardar el próximo 23 de agosto, y de acuerdo a eso, el INE tendrá que asignar esas plurinominales a los partidos, que igual son las últimas al Congreso de la Unión, pues no hay que olvidar que una de las propuestas dentro de la reforma a la ley electoral de Andrés Manuel López Obrador –que igual retoma la doctora Claudia-, está desaparecerlas, obvio bajarle presupuesto al INE, y sancionar el uso de dinero negro o ilegal en las campañas proselitistas, y bueno fuera se sancionara con severidad la llamada guerra sucia, los insultos y descalificativos –sobre todo en medios informativos-, y desde luego las afirmaciones sin más sustento que la inquina de hacer daño, como los usados por Xóchitl Gálvez quien dijo de Claudia Sheinbaum que era una narcandidata.
Muy aparte del cómo queden las cámaras federales -y lo mismo para la local, una vez se definan las impugnaciones en el TEE-, lo que sí es claro que la mayoría que votó en México -y en Chiapas- el pasado 2 de junio, no quiere a una derecha demagoga y a una izquierda falsa en el poder, y autorizó a Morena y aliados hacer los cambios legales a que haya lugar, incluyendo la materia electoral, que de presentarse ante el pleno, va a ser como una muerte anunciada para el priismo.