Tubo de ensayo

5/junio/2024

 

René Delios

¡Cuánto canibalismo!

 

Ahora ante la derrota, hay los que sostienen que el pueblo no ve, pese a tener toda la información a la mano para darse cuenta. Si ve: decidió por Claudia y en nuestro caso por Eduardo -¿Tantos están equivocados?-, y en ambos casos de manera contundente; no se puede predecir si para bien o para mal: falta camino.

 

Pero México o Chiapas –Veracruz, Guanajuato- no se resuelven en el siguiente sexenio, amerita trabajo.

 

Trabajo social, por supuesto, porque el político ya no es tan necesario en estos tiempos en que la banda vota por la imagen, no tanto por las siglas, pues este gobernador electo la hubiera ganado bajo las que fueran, pero hoy Morena es vigencia, presencia, renovación aunque sea con la misma gente, y a veces creo que no es partido precisamente un partido de izquierda, aunque integrado por ex militantes del Sol Azteca, también por otrora destacados priistas, que hasta salen de candidatos y ganan, porque esa es la oferta: ¡Ganan!

 

Por eso su afiliación al guinda, que los acepta sin problemas, y más que lo harán por centenas ahora que se dieron cuenta del cómo sus dirigentes, el empresario Claudio X, Televisa, TV Azteca y medios impresos conservadores, inflaron la campaña de Xóchitl a grado tal de que los hicieron creer que iba a ganar, aun las palizas electorales de 2019 –cuando Morena gana Puebla tras la lamentable muerte de Martha Erika y Morena Valle-, 2021 en que levanta 11 de 15 entidades, 2022 en que quita 4 de 6 estados a competir, y 2023 en que arrebata Edomex, y aún con eso convencieron a sus seguidores de que ¡Morena, iba a la baja!

 

¿Cómo creen?

 

¿Quiénes fueron los manipulables entonces?

 

Me regreso: ¿A dónde nos lleva pues el partidismo sin formación ideológica, que deriva de la convicción política, que se adquiere durante la construcción de cuadros con la base militante?

 

Sí, ya sé que se lee como obsoleto, antiguo: ya no pasa. Lejos están los líderes naturales surgidos desde abajo, conocedores de los planteamientos, de las necesidades: ahí en dónde se adquiere el compromiso social: de conocer la realidad del pueblo.

 

Pero se tiene que ganar con lo que hay, en el de a cómo están los actores en el escenario, y a lo mejor el tabasqueño viene a ser el último de esos líderes sociales y políticos –porque lo es, y hoy más que nunca reconocido en el mundo- en este primer cuarto de siglo mexicano, en el que por primera vez llega la izquierda a gobernar y una mujer después, al poder, bajo las mismas siglas partidistas.

 

Morena.

 

No, para nada Morena va al comunismo, menos a su grado superior que es el socialismo: lejos está de eso; se parece más a un proteccionismo económico -tipo brexit-, pero guardando proporciones: éste es con sentido social no neoliberal. Esto es, primero los pobres y –por lo que se nota- el combate directo a la corrupción que la genera ¿Lo ven como populismo?

 

No, no veo que haya obstruido al empresario, al comerciante, al industrial, como lo hicieron con sus obras de sexenio. Solo dejaron de tener el consentimiento para evadir impuestos, conseguir contratos leoninos, concesiones abusivas, y así, entre esas, la clase media dejó de recibir el varo con la llegada de la 4T: los programas sociales dejaron de pasar por tantas manos que eran las que lo distribuían a ese nivel, contratos y tratos a la mitad de la pirámide, y hoy se quejan de que ya no les llega y por eso “estábamos mejor cuando estábamos peor”: ese millonario presupuesto anual va directo a los de abajo, sin intermediarios: de las arcas federales a los beneficiarios que, no hay que olvidar, son consumidores también; compran bienes y servicios a su nivel de vida, esto es que, ese varo irremediablemente va en su mayoría para el comercio, y el circulante se da desde abajo.

 

¿Dónde el populismo?

 

Pero ahí siguen en la inquina, en la ira incluso: ¿Claudia es mejor que Xóchitl?

 

Lo que sí es que ambas derivan de una clase política mexicana considerada corrupta indistinto partido: no, no es la panacea y ni en su sexenio -como tampoco en el caso de Chiapas- se va a resolver México, pero hay que trabajar en lo ético, en lo moral, para así entrarle con todo por el país, sin abusos, en lo justo, en el y lo derecho, aunque suene lejos.

 

Si Claudia va a mantener los planteamientos sociales de la 4T, está muy bien: eso es continuidad y rompería también con la larga tradición de que cada presidente –en este caso presidenta- elimina todo lo que le haga sombra del que se fue.

 

Necesitamos que los buenos proyectos tengan y mantengan continuidad, en tanto se sanean y aligera su burocracia.

 

No, no es cosa compleja, es solo de voluntad de servir.