Las crónicas de un continuo despertar

25/junio/2024

 

Arit León Rodríguez

 

La pobreza es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso y/o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas y la relación entre pobreza y violencia se puede abordar en dos direcciones, la violencia directa produciendo miseria y está produciendo violencia directa.

Sin embargo, podemos tener ingresos importantes y aún así vivir en un ambiente de pasiva violencia, presionar a nuestros hijos, y dejarlos emocionalmente solos.

Hemos detectado –un grupo de conocidas que tenemos hijas e hijos en escuelas primarias- que una de las razones por las cuales mucha violencia está vigente entre infantes es porque es fomentada por su entorno.

Empezando por la familia indudablemente, pero no podemos soslayar que en las aulas –cuando existe la asistencia a las mismas obviamente- tanto como en el hogar, tenemos ejemplos de intolerancia, ignorancia e incapacidad ante situaciones apremiantes.

Vértice importante en la vida de cada individuo, la educación académica determina y forja la capacidad de cada persona para desarrollarse cómo individuo activo y provechoso dentro de la sociedad y muchas cosas mas, pero realmente es ineficaz si en su domicilio este niño no recibe atención y refuerzo psicológico a lo que le es enseñado en las aulas.

Estamos acostumbrados a quejarnos de la violencia entre cónyuges, concubinos, novios y particulares en general, pero en serio estamos insensibilizados ante los umbrales de maltrato que nuestros niños y niñas viven día a día.

 

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Un análisis de la Universidad Autónoma de México (UNAM), en el cual se detalló que cada 12 meses un promedio de 95 mil niños mueren, las causas se vinculan con padecimientos gastrointestinales. Un porcentaje se relacionó con el consumo de agua de mala calidad.

Esta es una de las razones por las cuales el año pasado el senador Añorve Baños solicito que exista una revisión quinquenal de estos lugares o, en su defecto, se actualicen las normas para que cada persona tenga derecho “al agua purificada en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”.

En tanto, Añorve Baños reveló que Chiapas forma parte de los estados donde el 65 y 70 % del agua en las rellenadoras puede estar contaminada; la lista incluye a la Ciudad de México, una parte de Guadalajara y Morelia. Agregó que un 50 % de esos negocios también reportó algún tipo de bacterias fecales.

Como lo lee.

Es asunto serio puesto que no estamos acostumbrados a desinfectar el agua, y esta reiteradamente es consumida directamente por la población.

Los estudios realizados han detectado que lamentablemente 90 por ciento de dichos establecimientos carece de un manual de procedimientos y no aplica buenas prácticas en los procesos de potabilización y purificación, están trabajando a manos llenas y enlodadas.