Tubo de ensayo

27/mayo/2024

 

René Delios

 

Había asuntos chiapanecos de urgencia latente desde hace sexenios, que ameritaban atención y tratos directos, en especial en los municipios del estado, y que comprendía actualizar, modernizar, adecuar, reconvertir espacios, instancias, servicios públicos.

 

Así, la administración –que no necesita aduladores- se aplica: no se pavimenta si no va drenaje implícito, no se asfalta sino se cimienta como es; la obra pública demora más en labor, pero se asegura en calidad: clínicas, parques, escuelas, deportivos, caminos, apoyos al agro, ganadería, cafeticultores.

 

Y es de a diario.

 

Pero igual: de la misma manera en que no le reconocen a AMLO que la nación no se le va de las manos, que el peso está en su situación más estable en lo que va del siglo, que es de las naciones sin hiperinflación post pandemia –Argentina, Grecia, por citar-, igual en la aldea con Rutilio, y llueven descalificativos en contra cuando, es el único gobierno que ha habido al cual le hacen “acuerpados movimientos sociales” para que no haga obras en la capital del estado, so pretexto de “mas ciudad, menos puentes”.

 

No es ni ha sido fácil Chiapas; muy mala distribución de la riqueza, desigualdad social ancestral, resentimiento social en consecuencia.

 

Tan así que se dio un levantamiento indígena, más apasionado que armado, pero que desnudó el fracaso del régimen neoliberal al final del milenio pasado, por lo que no es cosa que haya descubierto la 4T en torno a la corrupción de los conservadores.

 

Lo cierto es que en Chiapas se registró un inmerecido desplazamiento social y una ausencia institucional en consecuencia, que impactó en todos los órdenes de su vida administrativa política, social y económica, y desde luego en su calidad de vida, en especial en zonas indígenas, las más marginadas: “pobres entre los pobres”.

 

Ahí está la cronología de las cifras dentro de la media nacional.

 

Diferencias tan notables como los medios urbanos y la población que vive dispersa entre los cerros, sin servicios de nada, y desde luego comprende un alto costo llevarle a esos chiapanecos que tienen ese derecho, agua, luz, mínimo.

 

Ya se ha dicho mucho que apenas en el presente siglo se empezó a ver una correspondencia mejor de la federación, que mereció darse desde el pasado, pues si bien esa riqueza es de la federación, la verdad se extrae y produce en territorio chiapaneco, y ambas cosas –electricidad e hidrocarburos- dejan riqueza.

 

Es cierto: otras entidades no producen energía, pero si un alto valor agregado -como las del norte-, que es lo que cuenta para los presupuestos: Chiapas genera poco IVA y por lo tanto, PIB. Produce todo lo agrícola y agropecuario en sector primario, su rendimiento se queda pobre al llevarse esa producción “natural y fresquesito” a otras entidades, en dónde están las agroindustrias que le dan valor agregado a lo que produce nuestro campo, pero a favor de aquellas entidades que así incrementan su PIB, dejando a Chiapas fuera.

 

A eso se refirió el llamado “Bronco” cuando era gobernador independiente de Nuevo León, en torno a “¿Qué produce Chiapas para que le den tanto dinero?”, que hizo recordar a Quadri con aquello de que Chiapas, Oaxaca y Guerrero eran una carga para la federación, deslizando que nuestra entidad produce hidrocarburos y electricidad, Oaxaca y Guerrero turismo, y la correspondencia ha sido muy pobre para estas entidades del pacífico mexicano.

 

Pero ahora viene lo bueno: Chiapas fue de las seis entidades que votaron por Morena en 2018; es a la vez una de las entidades que optó por la alternancia en 2000, cuando cayó el PRI luego de siete décadas de gobierno; igual desde esa fecha ha mantenido alternancia, y se supone que tiene criterio pues en lo que va del siglo la han gobernado el PRD, el PVEM y ahora Morena.

 

¿Se refrendará esa tendencia?

 

Todo indica que sí; en nuestra entidad no hay oposición, por lo que su cobertura se basa en personajes, sea Paco Rojas o Willy Ochoa, que desde luego no cuentan con el arrastre de Eduardo Ramírez, quien no solo va por sus votos, sino por el seis de seis, como lo piden las dirigencias de “Juntos seguiremos haciendo historia”.

 

Chiapas se ha distinguido por sus altas votaciones, de registrarse esperemos que así se la correspondencia, porque ya necesitamos infraestructura para que se asienten empresas, aprovechando la frontera, el litoral hacia la sonda del pacífico, pues de continuar este trato moderado no va a ver el tan llamado desarrollo para una entidad que tiene mucho potencial.