Tubo de ensayo

20/mayo/2024

René Delios

La migración es un fenómeno milenario que en el caso de los humanos, inició desde antes de la edad de piedra, en tiempo de la expansión –con el homo habilis-, y se sabe por los vestigios en cuevas utilizadas por neandertales y homo sapiens, cuando coexistían, hará unos 40 mil años, y terminó cuando se hicieron sedentarios hará que ¿15, 20 mil años? pues ya la saben que “los especialistas” se niegan a quemar sus libros por ortodoxos, pues como los egiptólogos, mayistas o incaicos, no aceptan sus equívocos aun las evidencias de que hubo culturas muy avanzadas en la edad de piedra, hace doce mil años, y ahí están de testimonio Göbekli Tepe, la Esfinge o Hasankeyf, entre otras como Topper, importante yacimiento arqueológico poco difundido por lo mismo, ubicado a lo largo del río Savannah, en el Condado de Allendale, en Carolina del Sur, Estados Unidos, y que da razón de presencia humana organizada, hará 37 mil años.

 

Decía que la migración inicia con el homo habilis: éste creó sus armas, se hizo cazador: ya no era él cazado por los depredadores, y de África -como se cree- emigró a Europa y Asia, y en ese lapso otros homos más, como el famoso neardental, extinto sin que se sepa bien a bien, aunque es claro que coexistió con el Sapiens, en Europa.

 

Sapiens creo tecnología sobre la marcha y hasta aprendió a navegar: migrando pobló archipiélagos distantes, en medio de la nada, por conocer, tener más.

 

Hoy hay otro tipo de factores que obligan a la migración: las guerras, la violencia, el hambre, y la mala calidad de vida, y es esto lo que motiva en el caso particular, la migración hacia los Estados Unidos por parte de centroamericanos, y eso no va a parar mientras en sus países de origen no se resuelvan las situaciones que conllevan a esa mala calidad de vida: seguridad, empleo y oportunidades dentro del desarrollo regional.

 

Y no, al parecer se tendrán que ayudar entre latinos, entre carnales, porque de Estados Unidos lo leo difícil, pues en verdad nunca ha sido un buen vecino: es absurdo hablar de derechos humanos con ellos, o su postura democrática imponiendo criterios de dominio sobre los pueblos: explotación, depredación, saqueo, e igual sucede con otras superpotencias que se dicen protectoras: China o Rusia, y pues ni con quien.

 

Ya es una farsa eso del sueño americano que fue posible en los ochentas del siglo pasado: ya no es posible incluso para una parte de la población de ese país, toda endeudada: 70 millones le deben a los bancos.

 

Es cierto que lo que para un norteamericano es vivir modestamente, en centro américa y grandes zonas de México es vivir con lujo: buena casa, todos los servicios, auto, viajes; de “aquel lado” nos superan el ingreso promedio del sueldo mínimo en dieciocho veces, a 8 dólares la hora, y si les va muy bien –según el patrón- llegan a ganar doce dólares la hora, es decir más de mil pesos diarios promedio.

 

Y ahí está el testimonio de las remesas anuales que envían los paisanos a México: 62 mil 497 millones de dólares promedio, marcando así un nuevo récord de remesas enviadas, y que comprendió un crecimiento del 13,4% con respecto al montó del 2023, lo que no es poco decir.

 

¿Cómo no va a ver migración hacia ese país?

 

Porque aquí reflejamos solo el ingreso de remesas a México, pero si ingresamos las que se envían a Centro América, la cosa se dispara: 142 mil 325 millones de dólares hacia ese conjunto de países, en un recurso que no solo resuelve demanda de miles de familias, sino que proviene de gente que padece un acoso judicial tremendo en el país vecino, racismo, xenofobia.

 

Suena razonable la propuesta de México para que EU invierta en esa región del triángulo norte de Centro América, incluyendo a Canadá.

 

A ver si responden.

 

México al parecer le va a entrar con algo ya intuido por éste escribidor de bodrios en torno a extender el Tren Maya –no incluí el Ístmico-, a esas naciones, y ampliar la cobertura turística de los amantes de esa cultura que se desarrolló en México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.

 

Hay como que atraer a las demás naciones dela zona a éste proyecto que no necesariamente debe ser a corto plazo; puede darse lento, en dos lapsos de gobierno, pero sostenido por una inversión permanente hasta su conclusión.

 

Porque EU no está interesado en invertir en Centro América, eso se viera desde tiempo ha, y contrariamente los republicanos vuelven a usar el tema migrante como bandera de campaña, como si se tratara de lacras, cuando son los del campo, los de la cocina, los del aseo, los que hacen el trabajo que “no quieren hacer ni los negros”, como dijo Fox, lo que motivó una indignación fingida por afrogringos pues, eso también es cierto.

 

Así que el tren maya y del istmo –que empata con la línea “K”, en la costa de Chiapas y hasta Guatemala-, son una opción alcanzable, anunciada desde Tapachula este fin de semana pasado por el presidente de México.

 

Bueno fuera que se abra ese proyecto a la inversión particular en su escala internacional, y luego de que en su versión mexicana fue atacado por la oposición al régimen, y que observamos que en sus dos propuestas ponderaría a Chiapas como paso obligado, sea hacia el Peten hacia las zonas arqueológicas dentro de esa reserva guatemalteca, colindante con la biósfera de Montes Azules –o seas, que es la misma- o hacia Puerto Quetzal y Puerto Barrios en el departamento de San Marcos, colindante con el Soconusco chiapaneco.