René Delios
No podrá gobierno alguno el cambio de México sino lo hacen los mexicanos con sus ideas y planteamientos, y obvio, no progresará sino es con su trabajo; ahí está nuestra historia -manipulada a modo, es cierto- como testimonio, de que es posible estar unidos pese a los acosos internacionales, que financian campañas nefastas como lo hacen desde EU y España, en contra de la llamada 4T, ante todas las posibilidades de que va a ganar el 2 de junio en México.
Digo, porque creer incluso que es el gobierno el que genera las ideas cuando estas se gestan a partir de las demandas más sentidas –como por ejemplo, ahora con las carencias del sector salud-, para solucionarlas a modo de ampliar su cobertura con miras al beneficio social, no tiene caso.
La demanda misma obliga a las soluciones.
Y no, tampoco es el gobierno el que genera empleos –llevo sus días escribiéndolo-, el que impulsa el desarrollo: es sólo el que invierte para encontrar las vías de desarrollo, que desde luego gesta ese pueblo vía impuestos entre todos sus sectores productivos y comerciales.
La cosa es que en ésta nación de corruptos, de depredadores de los de todos, de individualistas en extremo en dónde el 10 por ciento es el dueño del 45 por ciento de los ingresos nacionales, pues nunca se dieron cuenta que un cojo así no puede correr: se benefició a los sectores político y empresarial y al social se le dejó rezagado, perjudicando a la clase media alta –la consumidora- y depredando el apoyo institucional perjudicando a los menos beneficiados -cuando se pudo abatir la marginación con el boom petrolero durante el último cuarto del siglo pasado, y eso no se reconoce o más bien se acepta, por parte de la oposición que, ya tuvo su oportunidad de gobernar y lo hizo mal.
Saquearon al país; Europa de recuperó de una guerra; Japón y Rusia igual.
México no la tuvo y miren cómo estamos luego de un siglo de desangrados, y ahora los sanadores del país piden que eso se resuelva en un sexenio, lo que no es posible.
Se permitió la corrupción tanto en la clase política como en la administrativa, y obvio también en los tres poderes y tres niveles de gobierno, con la resultante que tenemos una nación corrupta, de jodidos mal intencionados, con dominio económico de unos cuántos, y para colmo ahora hay seguidores miopes de caudillos y santones que no entienden que, si todos tenemos las mismas oportunidades, sin desplazamiento social, la nación se fortalece, y obvio se democratiza.
No es con confrontaciones, sino con acuerdos como se va a superar el rezago nacional.
Ya se ha dicho, se ha reafirmado, pero no lo aceptan en ninguna de las partes que, a veces pienso fingen demencia pues, si bien el presidente se le va con todo a las cosas y obras neoliberales, porque no le entró en polémica al puerto de Veracruz, pues su remodelación y ampliación es también obra de Peña Nieto.
Con el puerto de Veracruz no se metió nadie: ni AMLO, ni empresarios; como que no existe y eso que es proyecto que inició Peña Nieto, y que no ha merecido acusaciones de corrupción y demás parafernalia como pasó con el aeropuerto de Texcoco: Veracruz es el amarre técnico y de nivel por el Atlántico y ya: va a ser competitivo; insisto que México debe iniciar un puerto así en el Pacífico con miras a la sonda asiática, pero no se ve movimiento para ello, porque no hay acuerdo comercial con oriente a la altura del T-MEC, aun los coqueteos de los chinos.
Así que para lograr un desarrollo participativo, gobierno y empresarios –que es pueblo también- deben afinar proyectos tras sexenales, porque la 4T va a continuar.