Tubo de ensayo

16/mayo/2024

 

René Delios

La ultraderecha es extrema; hoy los gobiernos de esa tendencia no resuelven la pobreza, la ignoran: la dejan a la suerte de la especulación y es completamente ignorada, cuando no eliminada, como pasa ahora en Angola, Níger -sin que se difunda nada en los medios conservadores-, y sucedió en no pocas naciones Latinoamericanas en el siglo pasado, cuando el continente fue del basto dominio del Tío Sam.

 

El punto es que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido objeto de muchos ataques de esa corriente política que, tiene presencia a través del jefe del Departamento de Estado de Estados Unidos -que es republicano-, y desde luego, en varios países del continente, como Argentina, Ecuador, Perú, y en otros lares, como España, desde dónde también orquestan ataques contra la 4T, por comunista.

 

Lo graves es el intervencionismo para “someter” al colaboracionismo a México, y que la derecha mexicana apoye esa barbaridad contra la soberanía y el patrimonio de la nación, demuestra no solo falta de ética, sino de nacionalismo.

 

Quieren la energía, insisten en eso.

 

Dentro, la panista Xóchitl Gálvez, acusa de que el “piso no es parejo”, pues AMLO gasta mucho varo en favor de Claudia Sheinbaum, escupiendo para arriba, pues es clara la amplia cobertura que la prensa tradicional le otorga a la de Hidalgo, que no a la chilanga.

 

La otra es que al presidente le gusta andar contestando esa arenga cuando, la verdad no debería merecer su atención, pues otra es su labor, pero para levantar el calor acusó de que la parcialidad se da desde la mayoría de los medios informativos que tienen partido, obvio aludiendo a Fuerza y amor por México, que goza de toda cobertura de los medios tradicionales.

 

El jefe del Ejecutivo rechazó la versión de Gálvez y criticó las voces que se han levantado para acusar que ha intervenido en el desarrollo del contexto electoral. ¡Ahora resulta que los encargados de hacer los fraudes se convierten en demócratas!, dijo.

 

Y así el mandatario abre otro frente de discusión estéril, la verdad, para el reforzamiento democrático del país, y ante una oposición que se entrega a mensajes del exterior, sean de España o EU, y aclaró que en su gobierno no se planea un fraude.

 

La otra que ha sido evidente el cómo, integrantes del Instituto Nacional Electoral, han insinuado que tras los apagones registrados la semana pasada, pueda existir el riesgo de una falla similar durante la jornada electoral del 2 de junio, y que hay regiones en el país que pudieran entrar en rangos de violencia seria, e impedir que se instalen las urnas.

 

Son chamacadas, referencias no posibles desde un órgano de ese nivel.

 

Lo que dice Xóchitl esta igual: México estará muy vigilado, desde la Casa Blanca misma, además de que el INE y AMLO no empatan, no coinciden.

 

Y luego la cereza del pastel, que no es otra que la petición del líder priista al candidato Máynez, de que decline en favor de la señora Gálvez: “Y tu nieve de qué la quieres”.

 

Huele fuerte a desesperación.

 

Por eso hace todo tipo de acusaciones, aunque la magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Areli Soto afirma que, en lo que va del proceso electoral en marcha, ningún partido o candidato ha denunciado nada, por lo cual ese tribunal no se ha manifestado al respecto

 

¿Y luego?

 

La misma togada informó también que esa institución no ha recibido algún medio de impugnación o asunto que resolver, relacionado con presunta interferencia de la delincuencia organizada en los procesos electorales en marcha, esto luego de que la candidata presidencial de PAN, PRI y PRD, comentara a su modo ligero que expondría personalmente ante los magistrados del TEPJF su preocupación por la intervención del crimen organizado, que inhibe la participación de sus seguidores como representantes de casillas en las elecciones del 2 de junio próximo.

 

Digo, ya acusó de narco candidata a Claudia, sin prueba alguna, y así –a la ligera- puede hasta culpar al proceso mismo y a su organizador, el INE, y censir el TRIFE.

 

Así es la ultraderecha -contra parte del socialismo tan criticado- abusiva y prepotente, portadora de la verdad, bloff e incoherente.