René Delios
No es cualquier resultante el hecho de que estudiantes de más de 200 facultades, escuelas y unidades académicas que realizaron el martes un simulacro electoral universitario, dieran parejo triunfo a Claudia Sheinbaum -en las 32 entidades del país-, aun la minimicen en la oposición, que a tres semanas de las elecciones hace de todo, sin ningún rubor, en busca de bajarle imagen a la que siempre ha estado de puntera.
Lo que brinca es que al cierre del conteo se indicó que aparte del primer lugar, el segundo lugar lo alcanzó Jorge Álvarez Máynez, y el tercer sitio fue para Xóchitl Gálvez.
No hubo –suponemos- una logística como tal y el comité organizador del simulacro electoral, informó que a las 10:30 horas se instalaron 300 casillas en los 32 estados de la República. A las 13:30 horas habían votado 70 mil 500 estudiantes, trabajadores y académicos de universidades públicas, y que al corte de las 16 horas, 142 mil 426 personas habían sufragado en cerca de 420 planteles del país.
Ya desde hace días ha sido notoria la desesperación en la oposición; el incremento de ataques infames en medios impresos y electrónicos lo refleja, en una estrategia que cumple un sexenio pues también, seis años ha, se la aplicaron a Andrés Manuel en la idea de que, así, le bajarían imagen para que entrar en su lugar José Antonio Meade, con aquello de que con Morena, México tendría el mismo destino que Bolivia, Nicaragua, Cuba, Venezuela y aplicaron bots con aquello de “Elige: Miedo o Meade”.
Han sido incontables las campañas en contra de AMLO y ahora de Claudia; la de narco presidente incluso se aplicó desde el exterior –y Estados Unidos colaborando con el tema del poder judicial-, tratando de buscar un apoyo internacional desde España y EU, para “evitar que el populismo se instaure en México”, en tanto, inútilmente, Gálvez continúa con su verso de que la 4T es enemiga del empresario y la IP, cuando en todo sentido ha crecido la economía y el peso esta más estable que nunca, y es por eso que, hasta los banqueros invitaron al presidente a su convención en Acapulco, y ayer el secretario de hacienda les habló claro en torno a Pemex, datos que otrora eran para privilegio y negocio de unos cuantos, y que ahora dejan en claro que la petrolera está en crisis, seria, a tratar, y a largo plazo, sin triunfalismos y especulaciones, a las que por cierto se acostumbraron mucho, pues fueron los modos del FMI y BM en la era neoliberal, en las fechas aquellas en que a EU le daba gripa y acá era pulmonía.
Hoy es distinto: el T-MEC llega a cinco mil millones de dólares diarios de intercambio comercial.
Pero no lo reconocen los contras, en tanto –se repite- la relocalización –que es otra historia para sub histeria- levantará a México, y así va a ser en todo el sexenio que viene, con la regulación de que solo se va a dar para centro-norte del país, pues a esas empresas les interesa el comercio con EU y Canadá, por lo que hay que seguirle invirtiendo al sureste, en especial a Chiapas que es de las entidades de la región menos beneficiadas –al igual que regiones de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, todos estados del Pacífico, colindantes incluso- y que padecen rezagos sociales abrumadores e injustos, mucho de ello derivado de la corrupción.
Corrupción que sigue y hora que se denuncia, se indignan y buscan la vuelta, siempre defendiendo a los causales, ahora con el caso de María Amparo Casar –antes fue Rosario Robles, luego Emilio Lozoya-, cuyo suicidio de su esposo en la Torre Pemex representó la entrega de una pensión vitalicia, un seguro de vida y otras prestaciones de parte de Petróleos Mexicanos, por más de 48 millones de pesos, a la actual presidenta de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad –¡Qué ironía! ¿O cinismo? Varo que recibe desde 2014.
O sea, ya una década, y cuando se dio a conocer el caso, los opositores cuestionaron la divulgación de los datos personales de la presunta, y no se indignaron por el acto mismo de corrupción.
Todo con la idea hueca de exhibir a la 4T por “exponer a la susodicha”.
A estos compas de la oposición les pasa como al pastorcito mentiroso, que de tanto engañar a los aldeanos sobre un lobo acosador de ovejas y era mentira, perdió credibilidad.
No, no es Xóchitl –excelente mexicana-, a quien también han atacado deleznablemente, sino las siglas que la impulsan, pero sobre todos sus dirigentes corruptos, que se repartieron primero sus senadurías pluris para “no vivir en el error” mínimo hasta el 2030; por eso no tienen credibilidad.
Su voz y ni sus propuestas pesan, impactan en la comuna.
Y lo demostraron este martes los universitarios que votaron en el simulacro, y faltará conocer el resultado de las votaciones en los reclusorios del país, aunque creo irá con igual tendencia favorable a Claudia, por lo que la interesante es la votación en el exterior, no porque presente una variante en la preferencia, sino porque demostraría que ni allá afuera las campañas negras en contra de AMLO, tuvieron efecto.
Ahora aterrizando en el pueblo, digamos los estados, en especial los nueve que van a renovar gobiernos estatales, de los cuales en seis de ellas gobierna Morena.
¿Qué posibilidades de un revire?
Hay elecciones en Guanajuato, Yucatán (panistas), Jalisco (MC), Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, CDMX y desde luego Chiapas, gobernadas por Morena.
En 31 de las 32 entidades federativas (con excepción de Coahuila) se renuevan congresos locales y en 30 de las 32 entidades federativas, se renuevan gobiernos municipales, juntas de gobierno o alcaldías.
Obvio las cámaras federales, el otro objetivo de la 4T, para ganar mayoría calificada, la que por ciento tuvo AMLO en 2018 y no abusó de ella pero, ya consolidado su movimiento, puede entrarle a la oligarquía y al conservadurismo agónico que, no creo le entre otro sexenio a la contra por la contra, y puede que Sheinbaum sea más conciliadora con la oposición, pues se tiene que gobernar con todos, no solo con los éste lado.
No, no hay dos México.
Estamos a tres semanas para verificar si la inquina, la baja estofa, la infamia y la oligarquía opositora tuvo algún impacto en la ciudadanía, porque al menos en la banda universitaria nada más no.