Editorial

24/mayo/2024

 

Desde que los gobiernos de México y de Estados Unidos acordaron en 2020 la creación de un grupo de trabajo dedicado a impulsar las energías limpias en ambas naciones de cara a los próximos 10 años, y que comprende que los inversionistas tengan piso parejo en el sector energético, en especial EU, la Ley de la Industria Eléctrica de AMLO tendría problemas, aun el argumento ralo que buscaba establecer tratos justos, no los leoninos con que permitía la de Pena Nieto reformada en 2014, y que generó diferencias de éstas con el mandatario mexicano, entre ellas Iberdrola.

 

La crítica se centró desde que el gobierno de la 4T anuncio la construcción de una refinería, y la rehabilitación de cuatro más, además de la compra de una en Estados Unidos, cuando “la tendencia mundial va rumbo a la descarbonización energética”, sin que se dijera en los medios informativos que México no es el único país que construye una refinería y moderniza las instaladas: para 2025, al menos 83 nuevas refinerías comenzarán operaciones a nivel mundial, de acuerdo con un reporte de Global Data, una consultora inglesa que señala que los nuevos complejos estarán ubicados en el Medio Oriente y Asia.

 

Cuando es la oportunidad, se da la politización del tema de las energías limpias que realmente ninguna nación cumple.

 

Pero en México, se infló esa información de ¿Para qué una refinería? E incluso hace unos días difundieron sin éxito, que cisternas metían gasolina a “Dos Bocas” para hacer parecer que ese combustible iba a salir de ahí, cuando fueron insumos para destilación del hidrocarburo.

 

Así, los medios siguen manipulado información ya no a favor del “supremo gobierno” o del “PRI gobierno”, como se decía en el siglo pasado, sino a favor de versiones descalificativas que no están sustentadas.

 

Los hidrocarburos van a seguir siendo usados por décadas: no solo se trata de combustibles, pues hay plásticos de distinto derivado y potencial, incluso hasta medicamentos: es material fósil, no sintético, como muchas sustancias que están avalando los gobiernos, igual o peor de tóxicos para producirlos.

 

Eso sí, más baratos que darle trabajo a miles de obreros.

 

En breve la refinería de Dos Bocas iniciará labores, y fue construida en un tiempo record, pero eso es lo que menos importa.