Editorial

23/mayo/2024

Por meses la crisis migrante dejó de ser tema nacional hasta que regresó con el anuncio de la reunión de Tapachula entre los presidentes de Guatemala y México, Bernardo Arévalo y Andrés Manuel López Obrador, porque volvió a sonar la propuesta de que Estados Unidos debe de invertir en el triángulo que conforman Guatemala, Honduras y El Salvador.

 

Pero hasta ahí llegó; no se abundó en torno a si hay avances.

 

Y así fue hasta que el presidente estadounidense, Joe Biden, y su antecesor y posible rival en las elecciones de este noviembre, Donald Trump, viajaron a la frontera Sur de Estados Unidos, señalando la migración como el eje central de sus respectivas campañas, y también dejó en evidencia cómo el discurso antiinmigración del Partido Republicano y del ex presidente Trump ha forzado a los demócratas a adoptar posturas más restrictivas en torno al tema, para que en ese rubro el magnate no le gane terreno a Biden.

 

Por eso Biden durante su discurso en la ciudad de Brownsville, que limita con Matamoros en México, insistió en la “necesidad” de aprobar un polémico proyecto de ley bipartidista, que incluía restricciones al derecho al asilo en la frontera a cambio del apoyo republicano, y todo para que los republicanos apoyen en el congreso, la autorización de más dinero para seguir financiando a Ucrania e Israel, en su defensa frente a Rusia y el grupo islamista palestino Hamás.

 

De ese talante el tema migrante en el país del norte, nuestros “vecinos distantes”, nuestros socios comerciales, pero nunca amigos.

 

En tanto como en México, la migración no es tema: otros son los casos que ocupan los titulares, aunque ello no quiera decir que deje de estar pasando la crisis migratoria: persiste, terrible, para la situación en que viven miles que a diario, inician su travesía desde sus naciones de origen pasando por México, hasta la frontera norte con Estados Unidos.

 

Nada se ha dicho ya de la reunión de Tapachula, menos de la de Palenque, realizada en octubre de 2023, a la que asistieron representantes o mandatarios de Venezuela, Ecuador, Colombia, El Salvador, Guatemala, Belice, Honduras, Costa Rica, Panamá, Cuba y Haití.

 

Sobre el particular no ha habido reacción de Estados Unidos.