De siempre nos andamos por las cúpulas y no miramos a la banqueta de la política, en la que se puede detener la corrupción si entendemos la importancia del municipio libre, soberano, como célula de la federación.
La idea sería robustecer los Sistemas Municipales Anticorrupción, mientras en la federación se hace lo necesario en medio de críticas derivadas por eso, pues los dineros ya no se deslizan fácilmente a los desvíos, usufructos, facturas infladas, contratos leoninos y lo que sucedía con los excesos en la obra pública.
Si esa acción autónoma se baja hasta a los ayuntamientos, el “ganón” será el pueblo y cientos de munícipes tienen que rendir cuentas en meses.
Ejemplos del saqueo hay bastantes en los últimos años, como para seguir dejándoles las manos libres a los funcionarios municipales que no entienden que una cosa es autonomía municipal, y otra discrecionalidad sobre el presupuesto.
¿Cómo se coordinarán las instituciones encargadas de combatir la corrupción sin que haya competencia institucional?
La federación no puede intervenir en estados y municipios, salvo orden judicial, aparte de que cuando ha pasado, no se sabe en dónde acaban los recursos por el que se les acusa: ¿Qué con lo que generó ese dinero desde que fue robado de las arcas oficiales? Porque una cosa es recuperar lo robado, y otra dejar así nada más las ganancias que generó ese dinero ajeno.
Esto porque son muchos los que tienen en la mira en las presidencias municipales, no solo por los que tienen que entregar cuentas en éste final de trienio, sino por los que van sobre los ayuntamientos para servirse en vez de servir.
¡Que no se roben el dinero!
Cuentas claras.