René Delios
Desde luego que es un problema de ética y de responsabilidad profesional el cómo se manejan los contenidos informativos sea en aras de lucro político o económico, aunque será marcada la inquina y la parcialidad en estas campañas federales y estatales, sin medir consecuencias para la vida pública o privada del –por lo general- político del nivel de que se trate, y cuya reacción –también generalmente- al contestar o cuestionar por eso al medio informativo o periodista, es visto como un “atentado” en contra de la libertad de expresión cuando, a nombre de ésta, se cometen abusos a diario y lo observamos en las redes sociales por las cuales miles, se la pasan todos los días denostando o insultando a quien sea, sin poder ser objeto –el ofendido o denostado- del derecho de réplica tal cual lo marca la ley, pues incluso el titular de la cuenta bloquea cualquier comentario que lo contradiga.
En esto también hay que evaluar con qué calidad se cuestiona, en especial al poder ejecutivo, pues en la misma versión o redacción va implícita la intención, sea sensacionalista, denostadora, falsa, pero aun esas observaciones -que ya digiere cada cual como quiera- la libertad de expresión se tiene que ponderar y nunca censurar, pues el riesgo es y ha sido muy alto.
México paga aún -y por mucho tiempo más- las consecuencias de esas prácticas.
Hoy los periodistas que no estén con el régimen son algo así como uno más de los críos malignos de la otrora mafia del poder, el satanizado neoliberalismo, y definido por el presidente mismo como periodismo fifi, doble cara, hipócrita –cuasi traidor a la patria- quedando a su juicio y solo a su criterio, quienes o cuales no lo son, cuando la calidad y capacidad de un comunicador lo define la opinión pública.
En este país en dónde se matan a más periodistas en tiempo de paz como no sucede en ninguna otra nación en el mundo, el mandatario transita en la intolerancia, pues, insisto, lo que diga un medio o periodista en su contra, de no ser cierto lo desecha esa opinión pública, como ha sucedido en los casos de los negocios de sus hijos, compadres, en fin, que como crecen se consumen y al final de cuentas ni surten el efecto buscado, y eso se vio en los resultados de las elecciones 2021 y 2022.
Morena sigue creciendo.
Muy aparte de que sí hay periodistas cargados -para ambos lados, y entonces no informan pues lo hacen de manera parcial-, lo que es cierto es que seguidores y contrarios al régimen, también le dan al medio o comunicador que no conculque con ellos.
¿Porqué?
Este país es plural como sus criterios, y mientras no se insulte y afecte los derechos de terceros, la libertad de expresión debe ir de la mano con la tolerancia.
¿Y luego?
El periodismo fifi sirve a intereses ajenos a la política de estado, y ciertamente muchos caen en dolo y desinformación buscando desvirtuar las políticas públicas aún estén correctas. Para los operadores de esas estrategias contra el régimen, deben tener claro que llegamos a finales del sexenio sin mellar imagen de manera importante a la 4T.
¿Entonces cuál es la perspectiva electoral para 2024?
Desde luego que los analistas serios tienen claro que la alianza opositora no levanta, y dado el cómo se ven, muestra mucho desgaste: confronta, no compite; insulta, no expone, por lo que se exhibe, en especial a través de personajes que de la nada, se erigen en voz popular cuando nunca lo han sido, por citar los casos de Claudio X. González o Ricardo Salinas Pliego, dedicados a cuestionar a Sheinbaum y a AMLO, porque consideran a la 4T un régimen propagandista, polarizante, militarizado y en franca convivencia con la delincuencia organizada.
No, tampoco da resultado todo ese manejo de “narcopresidente”, y no demora que empiecen con las mismas formas –deleznable- en las nueve entidades del país que renuevan gobierno estatal, incluyendo Chiapas, entidad en la que la oposición, ha perdido mucha presencia política.
La otra es que esos medios informativos ocultan el hecho de que la economía mexicana se recupera, creció significativamente la IED o inversión extranjera directa, el peso esta estable.
Eso es bueno para México, pero no lo reconocen y al contrario destacan los flagelos como el crimen organizado, explotando el morbo de manera exagerada, sin importar dejar a México en condición de un país dominado o en el que el narco, es el que manda.
La verdad ni eso pega, pues el turismo creció en esta temporada en que recomendaron que nadie salga.