Arít León Rodríguez
En México, cerca de 27% de los trabajadores tienen jornadas que superan las 48 horas semanales. En América Latina, México está entre los cinco países con la jornada promedio más larga por trabajador.
México busca reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Esta propuesta de reforma ha producido posiciones encontradas; mientras algunos sectores consideran que tendría un impacto positivo en la calidad de vida de los trabajadores y su acceso a derechos, otros consideran que el impacto económico sería negativo.
Las modificaciones propuestas a la reducción de la jornada de trabajo en México, contemplan horarios diurnos y mixtos. Los cambios se harán en el apartado A, del artículo 123 de la Constitución.
Los horarios diurnos van de las 6:00 a las 20:00 horas y la reforma contempla laborar seis horas dentro de este espacio de tiempo.
Para las jornadas laborales mixtas, que abarcan desde temprano, hasta la madrugada, se propone laborar máximo 7 horas y media.
La jornada laboral nocturna va de las 20:00 a las 6:00 horas del día siguiente y se propone que la duración máxima de la jornada laboral sean 7 horas.
Reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas sólo estresa las inversiones, cuando se encuentran en buen momento, destacó Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, en entrevista con medios de comunicación.
“Lo que hemos hecho a lo largo de estos años en todo el tema laboral, si lo estresamos más perdemos atractivo en las inversiones, ahorita estamos en un momento importante en la captación de inversiones” dicen los empresarios.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el tiempo recomendado de trabajo es de 40 horas por semana. En línea con esto, algunos países en el mundo ya han aprobado reformas que reducen la jornada de trabajo. Aquí algunas de las experiencias internacionales de reducción de jornada laboral.
Al corte de septiembre del 2023 se observó que 47% de los trabajadores en México tienen jornadas de hasta 48 horas semanales —el equivalente a trabajar 8 horas diarias de sábado a domingo—.
En México es particularmente complejo por el alto porcentaje de trabajadores informales; cerca de la mitad están fuera de la protección legal como trabajadores y vulnerables en términos de contratos, ingresos, prestaciones y tiempo de trabajo.
De acuerdo con las experiencias internacionales y las recomendaciones de la OIT, jornadas laborales más cortas tienen efectos positivos en la salud mental de los trabajadores, el desarrollo creativo y la productividad por empleado.
Aunque legislar no garantiza que todos los trabajadores en México tengan acceso a sus derechos laborales, sí sienta un precedente.
Para las empresas claro que es una situación pesada de sobrellevar especialmente a las pequeñas, pero también pueden organizarse para que el gobierno establezca medidas sobre algunos otros aspectos en los que puedan apoyarles, la tasa de impuestos, deducciones, etc. El meollo de este asunto es que, en la realidad son muchísimas las empresas que no aportan lo mínimo a sus empleados, no les brindan seguridad social, ni derechos, pero se benefician de sus horas extras no pagadas y demás infinidad de abusos que cometen contra ellos y ellas.