Editorial

26/abril/2024

 

La polarización es lo de hoy; alcanzar puntos coincidentes ya no es finalidad de la política, por lo que la discusión o el debate, quedan fuera de toda posibilidad.

 

Cada quien emite su opinión sin vueltas, en las redes y de a cómo quiera, pero en los hechos desvirtúan contenidos, y así se va propagando la mentira como si fuera verdad, y se dan opiniones que no conducen más que a la confusión.

 

¿Eso es bueno para la opinión pública?

 

Con un celular y acceso a la red de redes un usuario emite una opinión inexperta, imprecisa y siente que es su derecho porque “es su muro”; se asumen como periodista incluso, pero no es el único punto: hay usuarios que sirven a intereses partidistas y están en contra de las políticas de gobierno e incluso del sector privado, y desde luego tienen clara inclinación por la constancia de su “línea”, que denota de qué lado están.

 

Y no, tampoco entienden razones.

 

Pero de todos modos es libertad de expresión, aun a riesgo de las llamadas notas falsas.

 

Y eso crece en las redes sociales chiapanecas: el uso de noticias falsas, robo de identidad -clonar muros-, manipulación de la información desde grupos u organizaciones en contra de otras similares que, debería ser de alerta para comprobar la veracidad de los contenidos, pues hay muchos usuarios -los más-, que dan por ciertas esas mentiras y las siguen y hasta se hacen virales.

 

Esto porque ya empiezan a aparecer muros falsos, generados desde las famosas “granjas”, que emiten todo tipo de comentarios en la guerra sucia que es impresionante: 200 millones de emisiones en torno al “narcopresidente”.

 

Lo que sorprende es que “caigan” en esa manipulación hasta los políticos, que se supone son más perceptivos que la sociedad, que no se dedica a la política, y que es tanto la beneficiaria como su víctima.

 

Por eso es que el presidente de México advirtió ayer que la guerra sucia viene incluso desde EU, y que no tiene precedente.