Editorial

20/abril/2024

 

No va a tener de otra el presidente Andrés Manuel López Obrador, que acatar la disposición del Instituto Nacional Electoral de eliminar parte de la mañanera del 12 de abril, pues según puede vulnerar el proceso, luego de una queja del PRD, partido desde el cual detestan al tabasqueño, pues los despojó del gafete de izquierda, y los exhibió por lo que son desde que, en 2014 se vincularon al PRI y al PAN con aquel Pacto por México que fue el origen de 14 reformas constitucionales de Peña Nieto.

 

¿Es limitar su libertad de expresión?

 

El mandatario respondió –como las veces anteriores- contundente que acatará la disposición, pero que ya no se les puede llamar conservadores, sino reaccionarios, con relación a la medida impuesta por el instituto electoral, y recalcó que es una violación a la libertad de expresión, y es cierto: ahora en el órgano electoral se erigen en censuradores.

 

Las referencias del mandatario o son a sus obras o alusivas a los regímenes pasados, que de acuerdo a esto, beneficiaron a unos cuantos por sobre las mayorías, generando corrupción y pobreza, por lo que se consideró –aunque no lo dijo- que propone que no se vote por el pasado, y eso es lo que se sanciona.

 

Por el contenido el INE consideró que podría influir en la decisión de los ciudadanos en la contienda electoral, cuando esas líneas pueden ser usadas ahora por Morena y aliados, en sus campañas proselitistas, pero se trata de acotar la presidente, además de atacarlo, como lo hace la aspirante de oposición a diario, sin que el titular del poder ejecutivo, el presidente electo con más contundencia en medio siglo, tenga derecho de réplica.

 

Así de absurdo.