Y es que sí participan activamente los que en aras de llevarle la contra a AMLO, fomentan de todo para entorpecer su gobierno, aun los costos para la nación, pues hay que quitar del poder como sea, a tan terrible amenaza que es la Cuarta Transformación.
Ni negar que hay su dosis de nacionalismo redentor en la llamada 4T de AMLO, que en su afán en ir contra corriente al neoliberalismo, que es mundial, globalizador, enfrenta a lo irreversible, pues la nación no se puede aislar como una ínsula y menos al lado de EU, nación con la que se tiene un tratado comercial indispensable, pues ni negar que el 70 por ciento de los negocios de exportación son con el país vecino, cuyos intereses mundiales en el sector energético son muy fuertes.
Partiendo de ahí de dónde seca la coalición Fuerza y Corazón por México y su candidata que, la 4T, es enemiga de la iniciativa privada, cuando ni siquiera se ha visto amenazada con nuevos impuestos en el sexenio –de lo que no dicen nada-, pero sí inventan de todo con tal de seguir su campaña de desprestigio en contra de las políticas “populistas”, ahora entorno no a las leyes de amparo y amnistía, que fueron polémica ésta semana, sino a la referente a jubilaciones, de la que dijeron tratan de despojar a los trabajadores de su dinero, cuando se trata de recurso no reclamado ya por sus propietarios, y que asciende a los 40 mil millones de pesos, y que las afores tienen desde años ha, “jineteando” sin rendirles cuentas a nadie.
Pero de eso tampoco hablan en los legisladores de la oposición en aras de llevarle la contra a ésta iniciativa que le quita ese dinero discrecional a las Afores, para pasarlos al IMSS, a sí queden prensados hasta que los reclamen los propietarios, o se integren a los mecanismos de financiamiento para mejor el rendimiento del beneficio para los jubilados.
El tema, aprobado en las cámaras, no va a pasar a más, tampoco el de amnistía y el de amparo, pues esta vez no podrán llegar al poder judicial, para que sean suspendidos “provisionalmente”, como se ha hecho con otras legislaturas como el “Plan B” electoral o la ley eléctrica.