Editorial

12/abril/2024

 

Hay que decirlo: videos, referencias, acusaciones de que la autoridad actúa con xenofobia, racismo, discriminación o violencia e igual todo junto, especialmente contra latinos, y apenas hay quejas diplomáticas tenues: la verdad que en los estados fronterizos con México, algunos gobernador como el de Texas o Arizona, despliegan constantes campañas discriminatorias, y la llamada border patrol comete todo tipo de abusos a los derechos humanos de los migrantes, igual que lo hacían –las autoridades dicen que ya no- los agentes de migración mexicanos contra centroamericanos.

 

¿O no?

 

En medio de las diferencias con Ecuador, cuyo presidente insultó a México más por ideología que por la justicia, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, nada dijo de las expresiones de Joe Biden al referirse a los planteamientos de AMLO en torno a desarrollar Centro América y así terminar con la migración por inseguridad y hambre, desde esos países emisores.

 

La cuestión de la migración muy aparte del origen y las causas, tiene o presenta la singularidad del desplazamiento, las condiciones en que lo hacen animados por la ilusión del sueño americano del que ya se ha dicho no lo es tanto. En ningún de tránsito hay la respuesta que da el gobierno mexicano en asilo, y de todos modos entendemos que los migrantes se quejan y con razón, por los abusos de que son víctimas incluso por parte de autoridades mexicanas, y ni negarlo, ante la abrumadora carga de reseñas.

 

Esas condiciones han sido tema recurrente y la secretaria Bárcenas visitó Tapachula en agosto de 2023, para encabezar una delegación de funcionarios para evaluar distintos espacios de atención a personas migrantes y refugiadas, y conocer de primera mano el contexto de movilidad humana en esa ciudad y la región.

 

¿Qué resultó de eso?

 

Se dijo que había posibilidad de instalar un consulado de EU en Tapachula, que por décadas ha sido solicitado: eso evitaría a miles, pero miles, cruzar el país para promover su proyecto de asilo en los consulados del país vecino en las ciudades fronterizas, que es lo que hacen miles de migrantes estancados en la frontera norte de nuestro país.

 

Claro que en la frontera sur es muy distinto a la frontera norte: en éste lado de México los migrantes reciben apoyo directo de la población: les dan trabajo, asilo, en calidad de iguales.

 

Ya es fama del Soconusco esa atención.