Editorial

11/abril/2024

Como defender la voz de quienes hacen todo lo contrario para ello, e incluso promueve el desprestigio de quienes tienen la razón, como lo hace la oposición en todos los temas.

 

¿Tan mal está México?

 

No es verdad: la forma es fondo en política; papelito habla ante la ley, el dinero no es la vida pero sin éste no hay comida, y el recurso llega sin intermediario a las bases y las cifras económicas desmienten todo mal augurio.

 

Obvio cuando se detecta un caso de corrupción en la distribución de esos recursos sociales, se hace un gran escandalo pretendiendo dar la idea de que eso pasa en todos, y buscan demeritar no al funcionario que cometió el abuso, sino al propio presidente y no les sale.

 

¿Porqué?

 

El trato a Andrés Manuel en el mundo ante la burda acción del gobierno de Ecuador, no es algo gratuito; no es solo por la profanación a territorio nacional, sino también por los logros, los avances, el referendo de un gobierno que, como pocos votados, llegó al poder en México y cuya aceptación es del 67 por ciento.

 

Pocos en verdad, muy pocos y eso no se la acaban.

 

Cierto: AMLO tiene muchas diferencias con los periodistas, a los que acusa de estar vendidos, porque como él -que lo hace sin pruebas-, señalan que hay irregularidades en la 4T, cuando al mandatario le han buscado de todo y no le han encontrado nada, esa es la verdad, porque de lo contrario hubieran ya hecho el escándalo necesario en busca de recuperar lo que sienten que les despojaron: el presupuesto.

 

Pero esas son cosas internas y tenemos que, en el escenario internacional la respuesta a favor de México es la importante de valorar, de visibilizar, y ahí están las referencias estadísticas, la presencia política dentro y fuera del país.

 

Ya no se ve a México como un “posible” gobierno comunista o populista como lo vendieron sus opositores desde las campañas de 2028; se trabaja y dejar en claro que la transformación ahora es desde abajo, ya no cupular y con transparencia, pues a la inversa, la piramidal, no dio resultados en setenta años.

 

Hoy se irriga de abajo hacia arriba, y vuelve a caer abajo, en la idea de que el dinero llega de la base la comercio, y este lo distribuye en empleos y más servicios, no como la cúpula empresarial que –como muchos empresarios chiapanecos- se llevaron su dinero a invertir al exterior.