Editorial

8/abril/2024

 

No está en la mentalidad de los mexicanos boicotear las elecciones al grado de anularlas.

 

Contario censu esperemos que México el 2 de junio tenga un proceso político tranquilo, y se dé el reparto -vía voto- del poder, aun el resultado de las encuestas actuales que, son cada vez más certeras.

 

Pero aun con eso que sea el voto el que decida y no la violencia.

 

La otra es que los 500 diputados federales que lleguen a San Lázaro para integrar la cámara de diputados, y tendrán que trabajar en serio en sus distritos, tener presencia, hacer trabajo político para lograr gestoría social significativa, que se note, que se palpe, pues solo así podrán buscar la reelección.

 

Luego de la resultante de las elecciones más vigiladas en México, muy cuidada ante el seductor crimen organizado, la consolidación de la reforma político-electoral es poner en vigencia una ruta democrática. Eso es lo importante: que el voto decida, consolide la naturaleza política del país, y su calidad en el ejercicio público se mejore sustancialmente.

 

Solo así se podrá eliminar el otro flagelo: la corrupción.

 

Si no se logra eso, todo seguirá igual en medio de la demagogia, la descomposición social, la desigualdad y mala calidad de la política, y sus aderezos el hambre, las enfermedades, el desempleo, el vandalismo.

 

Como siempre, arrecian los sondeos, y mantienen a Morena punteando. Esos sondeos indican que en algunos casos que PRD y PT tienen en riesgo su registro el 2 de junio, pues ya no se pueden regalar votos.

 

Lo que sí se espera es que no haya mayoría absoluta o calificada.

 

Esto es que ningún partido domine la cámara para imponer criterio único; necesariamente habrá negociación -esperemos que no concertasesiones- entre las bancadas para sacar adelante las reformas e iniciativas de que se trate.