Tubo de ensayo

26/marzo/2024

René Delios

 

El fuero, la reelección y los plurinominales, son temas que han rondado de siempre a los legisladores federales y locales, y que la ciudadanía lo ve como beneficios que no merecen los representantes populares, de por sí bastantes desprestigiados ante la opinión pública.

No es mentir que los más que llegan a las representaciones populares, no son políticos, sino personajes: instrumentos de los sectores que a través de sus partidos son colocados en posiciones cómodas como lo son las plurinominales, en aras de hacer parecer a esas cámaras plurales, bajo la premisa de que “la voz de los menos –en las democracias- se escucha en esas cámaras igual que la de los más”, aun sirva de poco, pues las mayorías se imponen bajo negociaciones intrabancadas, para hacer avanzar los programas ya pactados, y más si son del presidente de la república.

Pero esas iniciativas, la verdad, pueden avanzar sin plurinominales, las que ya son destinadas a los dirigentes partidistas, como se las adjudicaron sin preguntar, Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, Marko Cortés, líder nacional del PAN y Jesús Zambrano, Líder nacional del PRD.

Pero igual se las dan a apadrinados por los gobernadores, aun no tengan méritos, e igual por esa vía, le dan paso a representantes de los sectores económicos, sea empresarial o industrial; lo vemos ahora en Morena, como otrora con el PRI o el PAN, que en ese sentido –con los hombres y mujeres del dinero- ya no hacen mutis como antes.

En Morena no pocos empresarios se han ido uniendo coincidentes con López Obrador, quien no es de la izquierda recalcitrante como lo acusan sus detractores, y si se cuelga de una centro izquierda moderada que bandea o batea según conveniencia, con eso de las empresas y empresarios, los que son dueños del varo mexicano.

Vamos, si fuera cierto eso de venezuelizar México, ya estuviera EU –y más los republicanos de ultraderecha- encima y no; contrariamente hay hasta un pacto de comercio que ha crecido vigorosamente en la presente administración.

La reelección es algo más complejo en éste México de doble cara: el PRI por años cuestionó y mantuvo lo de “sufragio efectivo; no reelección”, pero creo una “dictadura perfecta, pisoteando todos los conceptos posibles sobre democracia, desde su partido de estado, pues el presidente era el “primer priista del país”, y era ese PRO, la vía por la cual ese mandatario, designaba a su sucesor.

México apenas en el presente siglo experimenta la reelección en las cámaras de diputados federales, locales, alcaldes, pero ¿Para qué?

La mayor reelección que hay o que puede ser posible es la del mandatario: se da en Rusia, Alemania y EU, sin problemas: pero acá se siguen desgarrando las vestiduras. Baste recordar la parafernalia esa de revocación de mandato de AMLO que, fue vista como una nueva intentona de reelección, cuando el PRI, desde López Portillo, ya tenía eso en la lumbre.

Para empezar se reelige aquel o aquella que, sabe que respondió y que la base social los quiere otra vez como su representante distrital, ante la cámara federal o local.

Se trata de reelegir a los que se supone, sí sirvieron por un lado a los intereses de la nación o del estado de que se trate y por otro, a sus representados, y eso, neto, está más que difícil con las directrices centrales y los pleitos cupulares que se han visto en los partidos.

Digo, el PRI para lavarse un poco las manos, dijo que expulsaría a Peña Nieto de sus filas cuando, no es el ex presidente, es el modus operandi del aparato priista la causa de su caída o, el enfrentamiento de la dirigente de Morena con el coordinador de la bancada en el senado, por decidir quién para la gubernatura de Puebla, encuesta otra vez evidenciada que benefició al difunto Miguel Ángel Barbosa, por hablar de que las encuestas o consultas no son tan transparente como presumen.

 

Desde luego que se pueden manipular.

 

Temas demagogos, la verdad, eso de la reelección, el fuero, los plurinominales, éstos últimos innecesarios, que incrementan de manera excesiva la representación y que sirven más para la corrupción política, el tráfico de influencias, los pactos de todo para colocar ahí a los “ningunos”, como los que vemos representando a Chiapas –hoy- en ambas cámaras de la federación.

 

¿Quiénes son los representantes de Chiapas ante la federación?

 

Ni idea; ellos no se molestan –y ni les interesa- difundir quienes y cuantos son; ya electos los chiapanecos somos de segunda.

Y que se sepa, salvo Ramírez Aguilar que llegó a presidir la cámara de senadores, no ha trascendido nadie más.