Tubo de ensayo

4/noviembre/2023

 

René Delios

 

Tiene su rato que leí esto: “Los megaproyectos como las hidroeléctricas y minas se convierten en una amenaza para periodistas y defensores del medio ambiente por la debilidad institucional que tenemos, porque las leyes nuestras no están a favor de esas comunidades a las que les pertenecen las tierras, porque resulta que tanto México como Guatemala, Honduras y El Salvador, se violan los tratados internacionales que protegen a las comunidades indígenas”, sostuvo allá por el 2015 Lolany Pérez -una periodista de Honduras-, y era cierto, pues en nuestras hermanas naciones de Centroamérica, sus altos funcionarios hicieron también lo que pasó en México, y muchos flagelos sociales como la pobreza y la inseguridad que expulsa connacionales del triángulo norte, derivan de lo mismo: la corrupción que impidió el desarrollo de amplias regiones de esas naciones.

 

Leí recién que, una presa hidroeléctrica que debió terminarse hace 20 años, la inauguró el Presidente salvadoreño Nayib Bukele: se la entregó a su pueblo el pasado 22 de octubre, en el departamento de San Miguel, acusando que para iniciarla se presupuestaron 200 millones de dólares y la fueron rezagando hasta elevarla a 600 millones de dólares, y así, la inflaron hasta en 800 millones de dólares y de todos modos no la hicieron.

 

¿Y el varo?

 

Pues no aparece, ni aparecerá, como sucede en México en que se detienen a malos funcionarios, se les da larga al caso judicial, y algunos hasta salen al concluir los sexenios, como Andrés Granier, ex gobernador de Tabasco, Elba Esther Gordillo, ex lideresa del SNTE, Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora, Rosario Robles, señalada en la “Estafa Maestra”, y así, le podemos ir nombrando y excluyendo nombres, incluyendo las actuales resonancias por los cargos que sean: Murillo Karam (Ayotzinapa), Duarte Ochoa (Veracruz), Lozoya Austín (Pemex), los que a lo mejor salen libres pues, se ve, se observa, que la interpretación de la ley se alenta o ¿No les han llegado al precio?.

 

Leo que como en México, el mandatario salvadoreño comentó que la Fiscalía General de la República de ese país descubrió que la empresa contratada para construir la represa, transfirió dinero a una cuenta de Panamá, de un spa cuya propietaria era la compañera de vida del expresidente Funes.

 

¿Y luego?

 

Igual como en México no se juzga en El Salvador a ex mandatarios, aún en México se hizo esa parafernalia de encuesta para juzgar a expresidentes, que no sirvió de nada, pues los ex presidentes no se arredran y recién Calderón y Zedillo volvieron a arremeter en contra de AMLO y otros gobiernos latinoamericanos, a los que llamaron populistas con prácticas económicas ya no acordes a los tiempos: “ternuritas”, les dijo el presidente en respuesta –solo eso-, pues finalmente esos gobiernos los elije el pueblo de cada nación, dijo.

 

Hay un punto: en México aún quedan rescoldos de los abusos en las concesiones a particulares –las minas concesionadas a Larrea o a canadienses-, sean nacionales o extranjeros: en eso México no es distinto a los países hermanos latinoamericanos, que han sufrido la explotación bárbara a bajo beneficio de la nación y lugareños, por parte de extranjeros, avalados por los gobiernos respectivos, en ese libre comercio que ha sido abusivo a finales del siglo XX y principio del XXI, y resulta que, pese a eso, los que se empiezan a oponer al neoliberalismo depredador son populistas –no nacionalistas-, fuera de la tangente económica actual, que es explotar a terceros para el beneficio de unos cuantos.

 

Eso ha costado, pues en México –para no variar- también se asesina como en ningún otro lado del continente, a luchadores sociales -97 en el sexenio-, en especial ecologistas e indígenas.

 

La cuestión es que México y sus tres países vecinos al sur, tienen pueblos indígenas y no se está respetando el acuerdo 169 de la Organización de Estados Americanos en torno a la consulta libre, previa e informada sobre los proyectos a instalar minas, presas y esas cosas –y la misma organización de la ONU no hace queja al respecto- en sus zonas de presencia; lo que se hace es que se llegan con el papel dela concesión bajo el brazo, bajo amenaza, intimidaciones y soborno a las zonas, y cualquier periodista que exhiba la situación, arriesga su vida o la pierde –y más en México, líder en homicidios a comunicadores-, pues se está exponiendo al gran capital, como señaló hace años la comunicadora de Radio Progreso de Honduras, arriba mencionada.

 

Hoy que esos gobiernos tienen otra relación, otra óptica, y que progresa el populismo moderado, justo, que para desesperanza de la derecha recalcitrante no ve mal EU, se establecen acuerdos de índole humanista, buscando en primer lugar detener la migración, y ayer el gobierno de Biden anunció nuevos recursos para el desarrollo de los países que acepten migración, o la mitiguen, hacia ese país del norte, en el que su populismo insiste en señalar a los latinos como los autores de sus males delictivos, cuando lo tienen implícito, como el vicio.

 

Pero así es eso de ver la paja en el ojo ajeno, desde aquellos años en que ellos, los gringos, explotaron por décadas a los pueblos latinoamericanos, cuyos gobiernos –se recontra insiste- se dejaron imponer dictaduras y políticas neoliberales devastadoras.

 

Eso ya no puede volver a pasar.