Las crónicas de un continuo despertar  

28/agosto/2023

Arít León Rodríguez

 

Hoy es el inicio a clases del periodo 2023-2024, del sistema básico de educación en el país, y muchos infantes y adolescentes se incorporarán de nuevo al sistema con todas las cosas que esto implica, incluyendo la controversia.

Lo innegable es de que de nuevo tenemos que estar conscientes que las cuestiones educativas van más allá de lo que esté impreso en un papel, sino en la relación cercana de madres y padres con lo que niñas y niños reciben diariamente como información en aulas.

Definitivamente no hay peor adoctrinamiento que el que brinda la ignorancia consentida Y eso va más allá de posturas políticas o inclusive ideologías “comunistas” criticamos los nuevos planes sin haber visto los libros e inclusive los quemamos sin haberlos leído, pero aplaudimos el acceso de nuestras hijas e hijos a música violenta y a temas que desinforman a las juventudes.

 

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Como sociedad nos encontramos con que cada día, al parecer, nos encontramos con que somos más ingobernables, justificados en que debemos sobrevivir en medios agrestes.

El medio agreste, ciertamente, es todo el país.

Verdaderamente, cada pueblo tiene el gobierno que se merece y en ocasiones del que tiene esperanzas. Lo dice el refranero popular que es sabio.

Debiéramos, entonces, profundizar en esto y como ir avanzando pese a que en lugar de solamente vamos navegando contra la corriente, estamos permeados y rodeados por remolinos que jalan agua y lo poco que nos queda a su conveniencia.

La irresponsabilidad social que padecemos actualmente hace que se acrecienten las desigualdades como en ningún otro tiempo, por desgracia, en lugar de discursos que nos hermanen, hemos activado el discurso del odio, con lo que esto conlleva de injusticia y discriminación. Este clima de venganzas, de violaciones de derechos humanos, no nos deja crecer ni clarificar el panorama.

Con la cercanía del cambio de gobierno, las y los políticos deberán utilizar su pensamiento creativo, cuando menos para cambiar esta histeria de conflictos. Ya está bien de no trabajar juntos, de ser incapaces de consensuar gobiernos fuertes, que traduzcan sus palabras en un porvenir mejor para todos.

Tenemos que aceptar que más que solamente exigir a los lideres establecer modos para el consenso, nosotros debemos ingresar y facultar el dialogo inteligente.

Ante la magnitud de hechos delictivos que a diario nos sobrecogen, hoy más que nunca hace falta asociarse como ciudadanía defenderse y protegerse y también el gobierno debe tener capacidad de sumar apoyos en lugar de dividir.

Esta es la cuestión.