Las crónicas de un continuo despertar

24/abril/2023

 

Arít León Rodríguez

 

El día de ayer una nueva caravana de alrededor de 3 mil migrantes denominada “Viacrucis Migrante” partió de Tapachula, para exigir justicia por las víctimas del incendio de la estación migratoria de Ciudad Juárez.

Compuesta en su mayoría de mujeres, niños y familias completas de migrantes centro y sudamericanos quienes caminan desde el sur del país con destino inicial a Ciudad de México, para arribar a la Capilla de Guadalupe.

Lo que buscan obtener, es el cierre de la estaciones de detención del Instituto Nacional de Migración, además de que sean castigados los responsables de la muerte de 40 personas y las lesiones de otras 27 en el incendio del pasado 27 de marzo.

 

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Como cuando éramos infantes, que nos advertían de juegos y redes que usaban tretas para reclutar a niños, alertan en la actualidad que los juegos virtuales si están funcionando como lugar de selección para delinquir.

En días recientes la SSPC advierte que criminales contactan a menores de edad para ofrecerles trabajo como halcones; lanza decálogo para prevenir delitos en videojuegos y redes sociales.

Sucede que las infancias muchas veces están expuestas a la violencia extrema en redes, en la casa, en las calles y ahora en espacios en donde se “divierten”.

A diferencia de juegos de otras épocas en donde la electrónica se concretaba a juegos de uno a uno con la televisión, la consola y el jugador, en días recientes los juegos han cambiado en totalidad a lo que conocimos y niños y niños se encuentran inmersos en un universo en el cual muchas personas participan.

Es más serio de lo que parece, en el 2021, tres menores originarios de Matamoros, fueron rescatados en Oaxaca, donde se encontraban privados de la libertad luego de haber sido cooptados por un supuesto usuario del juego para celulares Free Fire de nombre “Rafael”.

El caso es importante porque los delincuentes realizaban sus actividades criminales en redes sociales y juegos virtuales. Eran usuarios del juego Free Fire, que tiene un alto contenido de violencia y 80 millones de usuarios a nivel mundial.

Todo comenzó cuando “Rafael” contactó a uno de los menores por medio del videojuego Free Fire y luego por redes sociales. Así, después de mantener cierta relación, le ofreció trabajo en Monterrey para desempeñarse como “halcón” por una paga de 8 mil pesos quincenales.

¿Cómo unos niños pueden considerar este tipo de empleos como algo favorecedor? Pues vaya, el ambiente en el cual crecen, en el cual se favorece la idea de que ganar dinero de forma rápida es equiparable al éxito y status.

Pues terminaron en Oaxaca. No creo que en condiciones muy agradables, pero lamentablemente la responsabilidad de esto aparte del grupo delincuencial en el que estaban involucrados, es la de los padres por no percatarse de lo que sus hijos hacen.

 

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Lamentablemente el día de ayer un menor de 3 años murió en manos de la pareja sentimental de su madre.

El pequeño murió a consecuencia de los golpes que le propinó su padrastro, el cual huyó tras haberlo asesinado.

La madre también participó en el desarrollo de esta situación, por lo cual fue detenida también, mientras su pareja fue localizada y hoy, ambos están a disposición de las autoridades por este infanticidio atroz.

Cada siete horas y 27 minutos fue privado de la vida un menor. Registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que 8 mil 798 homicidios fueron en contra de hombres, lo que representa 74.88% de los crímenes, mientras que 2 mil 936 son mujeres, lo que equivale a 24.99%. Además, hay 15 casos en los que se desconoce el sexo de la víctima. Las averiguaciones previas o carpetas que iniciaron los ministerios públicos en el país revelan que las mujeres y hombres de entre 15 y 17 años concentran el mayor de número de muertes violentas, ya que 63.80% de los asesinatos fueron contra este grupo de edad.

 

Estamos hablando de menores.

 

Debemos involucrarnos mas en lo que acontece con nuestros infantes y jóvenes, cuidarles y especialmente brindarles tiempo de calidad, orientación y especialmente atención emocional, tanto en casa como en las aulas.

Lo que siempre me angustia al saber de muertes como la que se supo ayer, es si en efecto pudo haberse evitado si alguien hubiese denunciado a tiempo.