Represión étnica y placas de autos: ¿Qué está pasando entre Serbia y Kosovo y por qué temen otra guerra?

29/diciembre/2022

 

Agencias

 

La tensión en Europa no sólo se mantiene en Ucrania —a más de 10 meses de que Rusia invadiera Kiev— sino también ante la amenaza de revivir parte del último conflico bélico en Europa. Kosovo y Serbia podrían dar a una “coninuación” de la Guerra de los Balcanes (1991-2001), que conllevó a las independencias de las extintas repúblicas de Yugoslavia.

 

Desde 2008, varios países del mundo —incluyendo varios de sus vecinos— han reconocido a Kosovo como una nación independiente de Serbia. Sin embargo, Belgrado se ha negado a reconocerla. Ambos países han buscado ser candidatos para ser miembros de la Unión Europea, pero los conflictos étnicos entre la mayoría albanesa y la minoría serbia en Pristina se han mantenido por décadas y han arruinado la posibilidad de establecer relaciones.

 

 

¿Qué está pasando entre Kosovo y Serbia? ¿Por qué no se llevan los albaneses y los serbios? ¿Cuál ha sido la postura de Belgrado sobre Kosovo? ¿Hay riesgo de que estalle una nueva guerra en los Balcanes? ¿Qué tanto están metidos occidente y Rusia en el conflicto?

 

 

¿Un conflicto nacido por unas placas de automóvil?

La actual disputa tiene origen desde junio pasado, aunque tuvo sus inicios en verano de 2021. Las autoridades de Kosovo —cuyo 95% de su población es de etnia albanesa— ordenaron a la minoría serbia —que sólo comprende menos del 2% de la población— cambiar sus documentos de identidad y placas de automóviles a las autorizadas por Pristina, medida que se iba a aplicar el 1 de agosto.

 

El primer ministro Albin Kurti dijo que en un inicio que quienes entren en Kosovo con matrículas emitidas por Serbia recibirán un documento temporal válido durante su estancia en el país y que debían ser sustituidas por las oficiales de Pristina antes del 30 de septiembre. De no hacerlo, los serbio-kosovares se enfrentaban a una multa de 150 euros (unos 159 dólares / 3 mil 100 pesos mexicanos) por usarlas en el territorio.

 

Esto generó el rechazo de Belgrado. El presidente serbio, Aleksandar Vucic, acusó que la medida del gobierno kosovar era “un ataque” contra la minoría étnica de al menos 120 mil personas, que se concentra principalmente en el norte del país. La reacción provocó que ambos países aumentaran la seguridad y el nivel de alerta.

 

Esto generó altercados entre los serbio-kosovares y la policía durante julio y agosto, así como bloqueos de carreteras y cierta tensión a las afueras de Mitrovica, ciudad del norte de Kosovo y ejemplo de la división entre ambas etnias. La OTAN, a través de su división de Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo (KFOR), incluso amagó con mediar la situación en caso de agravarse.

 

Tanto Vucic como Kurti tuvieron que sentarse a negociar con mediación de la Unión Europa y Estados Unidos. Rusia —que respalda abiertamente al presidente serbio— también monitoreó la situación.

 

 

La ciudad de Mitrovica los dos grupos étnicos conviven separados por un puente, pero ambos grupos se muestran odio y repudio mutuo. Incluso, los serbios se niegan a pagar cualquier servicio estatal de Kosovo.

 

La medida se fue postergando durante los siguientes meses. Kurti presentó en noviembre pasado un plan gradual para cambiar las placas de los automóviles que sería válida hasta abril de 2023, heredadas desde la época del régimen de Slobodan Milosevic —presidente de Yugoslavia durante la Guerra de los Balcanes— y cuando Kosovo aún pertenecía a Serbia, todo con el fin de relajar la situación y llegar a un acuerdo.

 

«Estas placas de automóviles son ilegales. Queremos darles una oportunidad a todos aquellos que estén interesados en integrarse», dijo Kurti en un primer momento.

 

Ese acuerdo llegaría hasta el 23 de noviembre, cuando el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell —y bajo la exigencia de Estados Unidos— anunció que ambos países habían llegado a un acuerdo por las “placas de la discordia”. Kosovo renunció a imponer multas a los que no cambien sus placas y Serbia aceptó dejar de emitir registros con las iniciales de las ciudades de Kosovo.

 

Vucic dijo que “era un paso hacia la normalización de las relaciones” entre Pristina y Belgrado, con miras al reconocimiento de la independencia kosovar por parte de Serbia. Por su parte, Kurti aseguró que “el diálogo entre los dos países entrará en una nueva fase para conseguir un acuerdo global que solucione los problemas fundamentales”.

 

 

¿Por qué la ciudad de Mitrovica es el epicentro del conflicto?

Pero la paz duró muy poco. El 8 de diciembre, mientras la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, anunciaba que solicitaba de forma oficial su anexión a la Unión Europea; Petar Petkovic, el director de la oficina para situación Kosovo y Metohija, dijo que consideraría desplegar al menos mil elementos militares serbias en Kosovo tras las noticias contradictorias sobre un tiroteo en Mitrovica, en el que nadie resultó herido. La decisión fue respaldada por la primera ministra serbia Ana Brnabic, pero repudiada por la presidenta kosovar, describiendo la consideración como “un acto de agresión”.

 

El mismo día, la policía de Kosovo informó que un grupo de personas armadas atacó a uno de sus oficiales de policía. Un día después, Serbia acusó a la división de la OTAN en Kosovo de “no proteger a los serbios” de un presunto acoso por parte de los kosovo-albaneses. Para el 10 de diciembre, Belgrado ordenó al organismo para desplegar fuerzas militares y policiales en Kosovo, aunque terminó siendo rechazada.

 

Varias barricadas comenzaron a formarse en Mitrovica después del arresto de un exoficial de policía de etnia serbia el mismo día. El Ministerio de Interior de Kosovo informó que el exagente era uno de los sospechosos que atacaron a los policías en los días previos a la formación de los bloqueos en Mitrovica.

 

Para el 11 de diciembre, una granada de aturdimiento fue arrojada contra un automóvil que pertenecía a la Misión de la Unión Europea por el Estado de Derecho en Kosovo (EULEX), aunque no se reportaron heridos. La KFOR anunció una investigación por disparos “el 25 de diciembre, cerca de una patrulla de la misión de la OTAN en Kosovo”

 

El Ministerio de Defensa serbio declaró que, dados los recientes acontecimientos en la región y la creencia de Belgrado de que Kosovo se prepara para atacar a los serbios y retirar por la fuerza las barricadas, el presidente Aleksandar Vucic había ordenado poner al ejército y la policía serbios en máxima alerta.

 

 

¿Hay un riesgo de guerra en Kosovo?

 

La primera ministra serbia, Ana Brnabic, había advertido que la situación en Kosovo está “al borde del conflicto armado”. Por su parte, el presidentee Vucic, había ordenado al Ejército del país estar en “el más alto nivel de preparación para el combate”. Horas antes, el mandatario serbio ya había afirmado que su gobierno tomaría “medidas para proteger” a los serbios después de que aumentase la preparación para el combate en Pristina.

 

Belgrado anima a los 120 mil serbios de Kosovo a desafiar a las autoridades locales, mientras Pristina busca afianzar su soberanía en todo el territorio.

 

El lunes, medios serbios divulgaron un video compartido en redes sociales en el cual se escuchan ráfagas de armas, afirmando que se trata de “combates” ocurridos cuando las fuerzas kosovares intentaron desmantelar una barricada. La policía kosovar desmintió que sus miembros hubieran participado en ningún tiroteo.

 

El embajador de Rusia en Serbia, Alexander Botsan-Jarchenko, advirtió que la situación de tensión entre ambos países se está desarrollando y avanzando hacia un escenario “muy peligroso” y alertó que en cualquier momento se puede dar “cualquier provocación”. Rusia ha apoyado a Serbia en sus reivindicaciones respecto a Kosovo y de hecho no reconoce su independencia.

 

Aunque gran parte de la Unión Europea y Estados Unidos ha reconocido al gobierno de Pristina, varios gobiernos en el mundo —entre ellos España, Argentina, México y Brasil— no se han expresado a favor de establecer relaciones dilplomáticas con Kosovo.

 

 

¿Por qué los serbios y albaneses en Kosovo se odian?

 

Se debe a la herencia de las heridas de la Guerra de los Balcanes. Los albaneses en Kosovo acusan a los serbios de ser “genocidas” por todos los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos durante el conflicto en la década de 1990. Los suele discriminar al grado de expulsarlos de sus comunidades con cierto grado de violencia. A su parte, los serbio-kosovares suelen ser ultranacionalistas y se niegan a reconocer la independencia del país —que fue el último en independizarse en Europa—, alegando que sigue siendo parte de Belgrado.

 

Kosovo se independizó de Serbia en 2008, casi una década después de un levantamiento guerrillero contra el régimen represivo de Belgrado. Serbia, sin embargo, sigue considerando Kosovo parte integrante de su territorio y rechaza las insinuaciones de que está azuzando tensiones y conflictos dentro de las fronteras del país vecino.

 

Belgrado acusa a Pristina de pisotear los derechos de la minoría serbia. Esto ha llevado que los serbios de Kosovo quieren crear una asociación de municipios de mayoría serbia que funcione con mayor autonomía, pero ambos países han avanzado poco en esta y otras cuestiones desde que se comprometieron en 2013 con el diálogo auspiciado por la Unión Europea.

 

La OTAN tiene unos 3 mil 700 soldados estacionados en Kosovo para mantener la paz. La alianza dijo que intervendría de acuerdo con su mandato si se pusiera en peligro la estabilidad en la zona. La EULEX, que llegó en 2008, sigue teniendo allí unos 200 policías especiales.