Agencias
El aumento en los precios de la energía causado por la restricción del gas de Rusia probablemente impulsará la inflación por encima de 10%, lo que representaría un reto sustancial para el banco central. El Bundesbank advirtió que las tasas de interés deben seguir aumentando a pesar del riesgo de recesión, ya que la inflación alcanza niveles de dos dígitos por primera vez desde 1951. Ése es al menos el veredicto que ha realizado el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel: no sólo la inflación estará por encima del 10% este otoño, sino que se mantendrá elevada el próximo año.
Por tanto, el tema de la inflación no desaparecerá en 2023. Es probable que continúen los cuellos de botella en el suministro y las tensiones geopolíticas. Mientras tanto, Rusia ha reducido drásticamente sus suministros de gas y los precios del gas natural y la electricidad han subido más de lo esperado. En consecuencia, los economistas redujeron sus estimaciones de crecimiento en Alemania y la eurozona este año, al tiempo que elevaron sus pronósticos de inflación y advirtieron que el fin del suministro de energía ruso obligaría a Berlín a racionar el gas para los usuarios industriales pesados.
Entre tanto, Moscú aumentó la presión sobre los precios de la energía el viernes al anunciar que cerraría de nuevo el gasoducto Nord Stream 1, el principal conducto de gas a Europa, durante tres días para realizar reparaciones a finales de mes, después de haber recortado los suministros al 20 por ciento de capacidad. Los precios de la electricidad en Alemania alcanzaron un nuevo récord, siete veces más que hace un año, impulsados por el fuerte aumento del costo del gas, que se multiplicó por 10 el año pasado.
Los precios cobrados por los productores industriales alemanes aumentaron un 37.2 por ciento en el año hasta julio, lo que, según la Agencia Federal de Estadística, fue el aumento más alto de la historia. Mensualmente, el índice de precios al productor aumentó un récord del 5.3 por ciento, principalmente debido a los costos de la energía.