Tubo de ensayo

16/julio/2022

 

René Delios

 

A los partidos políticos en la entidad, les está pasando el mismo fenómeno que al Partido Revolucionario Institucional en el ámbito nacional, al olvidarse de sus bases –las que tengan- y el trabajo político que deben de realizar con estás, para mantener su vigencia.

Pareciera que solo en el momento electoral, en las campañas proselitistas, los dirigentes y líderes partidistas se acuerdan que es la gente la que les da el voto, y acuden en las fechas electorales a ésta en tropel con discursos demagogos que ya no les creen, y de ahí la respuesta clara que viven perredistas, panistas y priistas por toda la nación, en la que merman sus votos aún las fanfarronadas que mantienen en la cámara federal, en dónde dan sus últimos estertores.

(La otra es el alto abstencionismo electoral, que para colmo es lo que menos les preocupa, pues ni se refieren a éste, como reflejo de lo anterior: no hay trabajo político con las bases).

La elección presidencial de 2018, advirtió eso: Morena estaba fuerte; era la preferencia y aun con eso mantuvieron su postura soberbia de tratar entre la cúpula, y para 2021, ese pueblo inculto, de “idiotas” que votan por Morena, se las volvió a hacer, pues su voto es el que vale, no la opinión de dirigentes y toda la oposición.

Así es en México: se gana con el voto de la mayoría, aunque no sea con la razón; ahora. Unos dicen que aún se mantiene el efecto AMLO y otros, sí reconocen que la oposición no tiene nada que ofrecer, y ante eso vuelven a aparecer los nombres de la señora Margarita Zavala, Santiago Creel y hasta el de Ricardo Anaya, sin que se mencione a un posible priista, y menos un perredista que ya es un partido de comparsa.

En el caso de los estados, desde las dos elecciones de 2015 y 2016, se observó que Morena iba a la alza, no solo por las curules que logró en las federales intermedias en el sexenio pasado –pues alcanzó registro en 2014-, sino porque en lo referente a votación por candidato a gobernador en 2015 y 2016, ya se notó -de la nada- su presencia a solo dos años de registro, pero para 2017 no representaba peligro para la soberbia priista, aunque hay que recordar que el PAN y el PRD establecieron una alianza logística -pero antípoda-, que le otorgó varias gubernaturas –Nayarit, Puebla, Quintana Roo-, y a la vez, siguieron ignorando al abstencionismo, mientras se daban los adelantamientos a un año de las elecciones presidenciales y por nueve gobiernos estatales, incluyendo Chiapas.

Por esas fechas se dieron adelantamientos que fueron frenados; era apenas abril de 2017 en que el PVEM y el PRI hacían lo que querían en Chiapas, a grado tal que sin medir consecuencia llenaron el “Víctor Manuel Reyna” en apoyo al senador Albores Gleason, lo que generó protestas pues, las invitaciones se dieron de acuerdo a listados de beneficiarios de programas federales y estatales.

Hoy la cosa está peor con los adelantados: faltan dos años, diez meses para la elección y ya andan enseñando enaguas, por ganar terreno, sobre todo los morenos en Chiapas que, sienten que la tienen segura pues, hay una especie de fusión de intereses con el PVEM, que sí tiene presencia en la entidad, y de ahí que gente de esas siglas como Enoc Hernández, busque la dirigencia estatal, y la gubernatura el senador Eduardo Ramírez, militante del verde durante todo el sexenio pasado.

 

¿Pensarán que la gente no se da cuenta de eso?

 

Ese tipo de jugadas sucias, descaradas, impositivas fue lo que acabó -al menos en Chiapas- para 2012 con el PRD en Chiapas, luego de gobernar la entidad por dos sexenios.

 

¿Qué no se acuerdan?

 

Al PRD Sabines lo usó de a cómo quiso: colocó gente sin militancia en la dirigencia, y obvio uso esas siglas para colocar a su gente desplazando a las de años de militancia.

Eso vemos ahora, y es apenas por la dirigencia estatal, cuya determinación va a ser por consulta, la que aparte de determinar quien dirigirá a ese partido en el estado, mostrará el grado de aceptación en comparación a la homologa anterior.

Parece nada, pero ese resultado será importante para mostrar si se mantienen los mismos niveles de simpatía por Morena, en la entidad.