Las crónicas de un continuo despertar

7/junio/2022

 

Arít León Rodríguez

 

 

Para algunas colonias la semana pasada inició el programa de fumigación en la ciudad, estamos entrando en la época de lluvias y ya sabemos lo que con ella se acarrea: la llegada de moscos transmisores de enfermedades como chikungunya, zika y dengue.

 

Es una debacle la que se ha realizado estos días, puesto que en muchos municipios chiapanecos los pobladores -mal influenciados por quienes tienen la clara intención de desestabilizar el estado de la manera más pronta y ruin- han realizado bloqueos, vandalismo y además daños en propiedades privadas y estatales, especialmente clínicas, las cuales son en serio, apreciadas en algunas de las zonas rurales en las cuales, la atención médica es exigua y los medicamentos poco asequibles.

 

Pues vaya, hasta el momento en la ciudad capital, se han visitado más de 100 colonias y se ha garantizado la fumigación en la totalidad de la ciudad.

 

El ayuntamiento dio a conocer que se trabaja con 8 vehículos de maquinaria pesada para fumigar, el cual funcionará de acuerdo a un calendario de actividades programadas, se priorizan las zonas en las que se presenta algún caso positivo; sin embargo aclaró que se tiene asegurada la fumigación para toda la ciudad.

 

Lamentablemente existen zonas en donde no se ha permitido la fumigación.

 

El año pasado casi 2000 personas se contagiaron de dengue, siendo 22 personas las que oficialmente fallecieron por su sintomatología.

 

No son cifras mínimas, ya que se trata de vidas preciadas, finalmente por más que las autoridades hagan lo necesario, la responsabilidad es nuestra, y como en el caso que nos estresa a todos con el COVID. en nuestras manos está también contrarrestar el peligro de contagios.

 

Lamentablemente, no estamos expuestos a solo un peligro.

 

***

 

Hay días en los que parece que el entorno no hace más que desencantarnos, desgastarnos hasta que creemos ser una hilacha de papel que se mueve con el viento.

 

En uno de esos días me encontraba hasta hace algunos instantes, en los que leí que Van Gogh está muerto –efectivamente- y que su tumba necesita arreglos.

 

Obviemos la tumba y sus restos mortales, son lo de menos.

 

El punto es que ese ser artístico increíble, estaba loco. Lo estaba, esquizofrénico, desvariable, minimizado y posiblemente muerto de una manera no natural.

 

Pinto más de 900 obras que el consideró que no le importaban a nadie. Solo vendió un cuadro en su vida, a Anna Boch y una de ellas  tapaba el hoyo de un gallinero.

 

El punto es que, en ocasiones no es que seamos malos en lo que hacemos, desprolijos o mal vistos, lo que pasa es que nacimos en una época que no tiene la capacidad de entendernos, o simplemente estamos locos y delirantes.

 

Luego el tiempo pasa y se consideran genios consagrados y alguien se hace millonario con su talento.

 

Infinidad de casos por el estilo vemos hoy.

 

Tanto en el arte como en la política, por cierto. Gente que desea hacer cambios positivos es atacada y molestada, señalada, enviada la sombra por proponer mejoras sustanciales.

 

Pero, nos confiamos de quienes sabemos nos traicionarán, puesto que no hemos conocido otra forma de vida. “que roben, pero poquito, porque todos roban” dice la vox populi.

 

Así las cosas.