Banxico planea lanzar su propia moneda digital, ¿funcionará?

27/enero/2022

Agencias

El Banco de México (Banxico) decidió no quedarse atrás y ahora forma parte de los bancos centrales en el mundo que están considerando lanzar su propia moneda digital, aunque para hacerlo realidad deberá enfrentar varios retos y tomar decisiones importantes.

Fue a través de la cuenta de Twitter del Gobierno de México que se anunció la intención del banco central de explorar esta tecnología, lo que causó algunas respuestas negativas porque el Banxico es autónomo y debería ser éste el que comunique dichas decisiones.

El @Banxico informa que hacia 2024 tendrá una moneda digital propia en circulación, por considerar de suma importancia estas nuevas tecnologías y la infraestructura de pagos de última generación como opciones de gran valor para avanzar en la inclusión financiera en el país”, fue el mensaje emitido en la red social.

Considerando que el organismo central anteriormente fue muy crítico de las criptomonedas, en particular del bitcóin, es probable que lo que se lance para 2024 sea lo que se conoce como moneda digital del banco central (CBDC, por sus siglas en inglés).

Un estudio, realizado por la Sociedad para las Comunicaciones Financieras Interbancarias Internacionales (SWIFT, por sus siglas en inglés) y Accenture, encontró que más de la mitad de los bancos centrales en el mundo están considerando la opción de lanzar sus propias monedas digitales para entrar a esta era.

 

Esto con el fin de responder a las criptomonedas y, al mismo tiempo, reducir el riesgo en los mercados mayoristas y mejorar los pagos en el comercio electrónico, entre otras razones.

Las decisiones

El reporte detectó varias áreas en las que se deben poner atención al desarrollar monedas digitales en los bancos centrales. Por ejemplo, se requerirá de una infraestructura y tecnologías adecuadas, la capacidad de administrar los datos sobre los pago en una forma estandarizada, establecer fuertes controles de identidad, autenticación para combatir el fraude e interoperabilidad tanto local como internacional. A esto se añade la decisión sobre cómo se utilizará la moneda digital, es decir, ¿funcionará de manera similar al efectivo, para liquidaciones interbancarias o cómo depósito público?