Las crónicas de un continuo despertar

19/noviembre/2021

 

Arít León Rodríguez

 

Vea, hace más de 20 años, paso una historia cruenta en nuestro país: una unidad de radioterapia que contenía cobalto-60, -componente altamente radiactivo- fue comprada por pedido desde el Hospital de Especialidades de Ciudad Juárez a Estados Unidos.  Una máquina peligrosa y radioactiva.

Dos empleados del hospital vendieron esa máquina en 1983 al yonque “Fénix”, de Ciudad Juárez, y está de más decir que por empleados entendemos que fueron puestos altos mandos del hospital, y pues bien, en tercera venta la trasladó a la entonces paraestatal Aceros de Chihuahua, que la fundió a sabiendas de su origen para producir piezas metálicas y luego distribuirlas en 16 de los 32 estados del país.

Esa venta fue por algo más de seis mil toneladas de varilla irradiada –toxica, radiactiva- entre diciembre de 1983 y enero del año siguiente cinco mil se vendieron a las familias mexicanas.

Para 1985 el escándalo se destapó y en ese momento, oficialmente se detectaron 17 mil 636 construcciones con varilla contaminada, de las cuales algunas fueron demolidas

El gobierno enterró miles de varillas en el cementerio nuclear de Samalayuca, en Ciudad Juárez, pero no hizo nada por la gente, que hasta el día de hoy enfrentan cáncer de tiroides, quistes, nódulos en los pulmones, cardiomegalia, espondilitis esquilosante (artritis de columna) y un cumulo de infecciones.

Nadie les ha respondido ante este oprobio atroz hasta el día de hoy, justo como ha pasado con el mezquino, ruin e imperdonable caso de Duarte y las quimios cambiadas por agua, que eran destinadas a niñas y niños con cáncer.

Con todo y transformación, en la realidad, quedó impune tan terrible acto.

 

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Algunos de los fraudes más comunes en México comienzan cuando individuos o grupos obtienen la información financiera de los tarjetahabientes con el fin de realizar transacciones ilícitas. La innovación en formas de pago permite que los procesos sean más fáciles, sin embargo, las compras online ahora requieren más protección, pues están expuestas a algunos de los fraudes más comunes reportados a las autoridades.

Estas son prácticas que suceden día a día, y en este caso es responsabilidad de los usuarios conocerlas para no caer en ellas.

 

Phishing

 

Es cuando los delincuentes llevan a los usuarios a sitios web falsos donde, a nombre de una institución financiera o banco, les piden actualizar sus datos y así obtener la información que las mismas personas brindan.

 

Vishing

 

Es otra forma de engaño a través de una llamada telefónica donde alguien del otro lado puede estar hablando o reproduciendo una grabación. Las variantes de esta modalidad son muchas, por ejemplo, cuando un ladrón quiere asustar al tarjetahabiente al decirle que ha sido víctima de fraude, por lo que se necesitan sus datos bancarios para evitar estos cobros; sin embargo, ahí está la verdadera estafa.

 

Smishing

 

La forma de estafa es la misma que la anterior, la diferencia es que se realiza a través de mensajes de texto (SMS). Se trata de una práctica menos popular, ya que menos personas usan esos mensajes de texto hoy en día; sin embargo, hay que cuidarse de no ir a links que nos lleguen al celular afirmando que son de instituciones financieras.

México ostenta el liderazgo en el ranking mundial de fraudes bancarios y supera hasta cinco veces en la materia a los países europeos y hasta el doble a los de América Latina.

Los casos más comunes son el “uso indebido en cajero automático por movimiento s no reconocidos” (33%) o el duplicado de documentos robados (35%).

Una de las modalidades favoritas de los ladrones es el llamado “cambiazo” o sustitución de una tarjeta mediante engaños durante una operación comercial.

También las víctimas suelen sufrir mucho por el “malware” (virus maliciosos”, el “pishing” (mensajes engañosos para extraer datos vitales del usuario) y el “troyano” que extrae información de las tarjetas de crédito o débito de las personas para hacer compras.

Estamos por entrar en las fechas donde estas estafas abundan, sea cauta y precavido en la forma en la que maneja sus plásticos bancarios.