Tubo de ensayo

24/agosto/2021

 

René Delios

 

Desde luego que serán contados los que reconozcan que el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas hizo lo necesario y bien, en el municipio de Pantelhó para evitar enfrentamientos ante la inconformidad popular por el dominio insano de un grupo armado, presuntamente ligado al alcalde del lugar, cosa que posteriormente se sabrá, y por el momento fueron retirados los siete retenes que civiles instalaron en las inmediaciones de la cabecera municipal, lo que fue mejor pues al no ser pistoleros, queda claro que ante un grupo de verdaderos sicarios nada podrían hacer los valerosos defensores del pueblo, como fue el caso de varias perdidas humanas en poblados de Michoacán, con las llamadas autodefensas.

 

Por el momento quedó restaurado formalmente el acceso al municipio e inicia la etapa de reconstrucción del tejido social, luego de que el congreso del estado nombrara un consejo municipal, y los elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Fiscalía General del Estado, Secretaría de la Defensa Nacional, Guardia Nacional y policía municipal trasladaran el puesto de control que mantenían en la vía Chenalhó-Pantelhó a la cabecera municipal, para ser estos los encargados de la seguridad en la población y el municipio.

 

Esperemos que los agitadores -que no son pocos en esa zona de municipios indígenas- no estén fraguando otro conflicto, aunque bueno fuera que en éste caso de Pantelhó se actuará con todo el peso de la ley, desmantelando a esos grupos belicosos que también existen en Oxchuc, Bochil, por ejemplo, en los que se debería ya dejar en claro que nada por sobre el imperio de la ley, aun sean muy usos y costumbres que, más que la verdad, han usado de pretextos no pocos caciquismos indígenas para abusar, extorsionar y someter a sus conciudadanos.

 

Matraz

Es cierto que en México hay muchos pendientes sociales, y que la corrupción nos agobia al igual que la inseguridad en no pocos puntos del país, y que todo eso impacta en los civiles en muchos sentidos de su vida diaria y hasta de su desarrollo.

 

Lo es también que en los partidos, el tráfico de influencias y la corrupción política truenan la democracia que dicen practicar, y que la calidad de la política es muy mala, lo que se refleja en políticos malos y más en su ejercicio partidista, por lo que cuando no vemos que aparecen los mismos brincando de cámara de diputados a senadores para volver a ser diputados, observamos a representantes populares sin capacidad de nada, que solo ocupan las curules sin aportarle –obvio- nada al país, menos a las entidades que supuestamente representan.

 

Padecemos hordas de funcionarios públicos sin el perfil para los cargos que ostentan y por el que cobran cantidades muy elevadas, aparte de que su trabajo es deficiente y repercute en la mala calidad de los programas o responsabilidades que estén a su cargo.

 

Todo eso lo sabemos y lo decimos, y se hace lo necesario para denunciarlos, muy aparte de que los reclamos a las autoridades son cada vez más contundentes y constantes, lo que ha generado una verdadera presión en el sector público, aun queden o se observen no pocos que aún tienen la idea de que el presupuesto es para usarlo discrecionalmente, y los ejemplos abundan en los ex funcionarios procesados por varios escándalos de corrupción, sea la “Estafa Maestra” o Odebrecht.

 

Y viene la salida de 14 gobernadores y una gobernadora, a los que igual auditan los mandatarios entrantes.

 

En México cada sexenio se dice que hay la oportunidad de cambiar o al menos fincar la posibilidad de cambio, pero el problema es que no hay un gran acuerdo: las diferencias se profundizan y no hay sinapsis posible para crear una idea que permita el acuerdo de unidad por el país.

 

Porque eso sí: cada bando sabe que es el idóneo y el otro lo corrupto e inepto, cuando se ve, que ni uno ni otro al menos, ha sacado a México del atolladero, pues para nada en tres años -ya quemó tres en puro pleito- la 4T podrá resolver tales rezagos.

 

Así no pasa en la política social.