Agencias
El aumento en los precios internacionales del petróleo ha forzado a la Secretaría de Hacienda a reducir la carga fiscal de las gasolinas para mantener el compromiso de que su incremento no sea desproporcionado comparado con la inflación general esperada para este año.
Desde principios de febrero se ha reducido gradualmente la tasa del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se fijó para este año a este combustible y actualmente se cobran 2.47 pesos de los 5.11 pesos aprobados por el Congreso para cada litro de gasolina de bajo octanaje o Magna.
Aun así, el precio para los automovilistas es actualmente superior a los 20.10 pesos por litro, lo que representa un encarecimiento en lo que va del año de 10.70%, el cual es muy superior al aumento del nivel general de precios que se ubica en 1.5 por ciento.
De esta manera el sacrificio para las finanzas públicas es hoy de 2.64 pesos por litro vendido de gasolinas, más la parte proporcional del Impuesto al Valor Agregado (IVA) afectada, estimada en 36 centavos, también por cada litro de combustible.
Esto significa 170 millones 129 mil pesos diarios que dejan de ingresar a las arcas federales por concepto de IEPS e IVA, sin que las finanzas locales sean afectadas debido a que se mantiene sin cambio la cuota de 45 centavos por litro para los estados.
Sin este sacrificio fiscal federal, el precio de la gasolina Magna sería hoy de 23.19 pesos por litro, 26.8% más cara que a inicios del año.
Para la gasolina Premium, el costo fiscal será de 24 millones 900 mil pesos diarios, y de no mediar la medida, el precio del litro estaría en 22.63 pesos por litro, 21.1% más cara que al final de 2020.