El mexicano Abel Revill Ochoa, condenado en 2003 a pena de muerte por asesinar a cinco miembros de su familia en 2002, fue ejecutado ayer en una cárcel del estado de Texas. Estas fueron las últimas palabras de Abel antes de ser ejecutado. “Quiero pedir perdón a mi familia política por todo el dolor que cause”, declaró antes de recibir la inyección letal. Revill Ochoa asesinó a su familia en 2002 y, tras ser detenido, argumentó que había sido poseído por el diablo. Pese a esto, afirman sus parientes que tomó la resolución de la pena de muerte con tranquilidad pues se decía hombre de Dios. Era el 4 de agosto del año 2002 cuando Abel Revill Ochoa asesinó brutalmente a su esposa Cecilia, a sus dos hijas de 7 años y 9 meses, a uno de sus cuñados y a su suegro.