Las crónicas de un continuo despertar  

19/septiembre/2019

 

Arít León Rodríguez

 

En los municipios de Berriozábal, Chiapa de Corzo, Las Margaritas, Ocosingo, Pichucalco, Reforma, Tonalá y Villaflores, para que las mujeres de estos municipios puedan emprender, pues el motor del FAEM son las chiapanecas, constructoras, productoras, comerciantes, artesanas y emprendedoras, con el fin de ser fortalecidas en su autonomía económica y, por ende, les permita tomar decisiones libres.

Ojalá y las empresas creadas por estas mujeres tengan acceso también a los respaldos necesarios de los órganos administrativos encargados de otorgar permisos, licencias y cosas por el estilo, porque últimamente hemos visto una ausente sensibilidad por parte de las autoridades hacia las personas que laboran en ciertos giros para llevar sustento a la mesa.

Aun así, es poco alentador leer de estos programas, sabiendo lo que el secretario de Hacienda Federal, Arturo Herrera Gutiérrez declaró recientemente, y es que, en Chiapas, el atraso y la pobreza esta a flor de piel.

No hemos crecido en PIB en años, y gracias a la corrupción tenemos un estado miserable, entre los miserables.

Ahogados, en la niebla institucional, tenemos que el PIB  -el valor de todos los bienes, servicios e inversiones que se producen durante un año- pasa de largo ante las nulas inversiones porque todo lo que podíamos ofrecer ha sido depredado, abandonado, saqueado o licitado en beneficio de quienes no corresponde, vaya, la prueba es clara, hemos tenido un diputado indígena, que no es indígena.

Pues entonces, estos apoyos, que en serio, resultan como gotas de agua en el desierto, de nada sirven si no hay un compromiso real de los otros.

 

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Una universidad en la India, le otorgó a cuatro mujeres indígenas chiapanecas becas para ir a capacitarse durante seis meses a ese país en energía solar.

Las mujeres de varias comunidades indígenas se reúnen en el Barefoot College en India para aprender y cuando vuelven a casa, son responsables de la construcción y mantenimiento de paneles solares.

Las habilidades enseñadas se enfocan en el mantenimiento de sistemas solares, incluyendo la instalación de unidades solares y su conexión a baterías, la disposición de alumbrado público y la administración de su operación, en un compromiso de cinco años con ese trabajo.

A la fecha, la universidad ha capacitado a más de 1.200 mujeres de 73 países. De esa cuenta, 500.000 personas han obtenido acceso a electricidad y lámparas eléctricas, y 500 millones de litros de queroseno han sido reemplazados con energía solar para calefacción y para cocinar.

Esperemos que tengan también las facilidades para realizar su trabajo y no salga algún sujeto “mas vivo” y les quiera hasta quitar el derecho a organizar el proyecto.